¿Qué dicen los clásicos rusos sobre la guerra?

El actual conflicto en Ucrania plantea delicadas cuestiones morales, haciendo que se debatan las razones y el significado del uso de la fuerza militar y si debería permitirse, para empezar. RBTH analiza lo que cuatro grandes autores rusos opinaron sobre la guerra. Cada una de las citas, que proceden de diferentes momentos de la historia del país y se refieren a acontecimientos diferentes, siguen siendo actuales. Aún hoy en día se publica el mismo abanico de opiniones, tanto en los medios de comunicación tradicionales como en las redes sociales, en relación a la crisis en Ucrania.

 

Lev Tolstói:

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“Nunca podré estar de acuerdo con los que me dicen que la culpa de una guerra la tiene solo una de las partes. Se puede estar de acuerdo en que una de las partes se comporta peor que la otra, pero los intentos por decidir cuál es peor nunca podrán, ni remotamente, explicar por qué tiene lugar algo tan horrible, cruel e inhumano como una guerra. Para alguien que no cierra sus ojos ante la verdad, estas razones son obvias. Son tres, en concreto: la primera, la desigual distribución de la riqueza, esto es, hay gente que roba a otra. Segunda, la existencia de una casta militar, esto es, gente que está entrenada y destinada a matar. Tercera, las falsas y deliberadamente engañosas enseñanzas religiosas en las que se educa por la fuerza a los jóvenes”.(De una carta a G.M. Volkonski, 4 de diciembre, 1899)
Tolstói, uno de los mayores pacifistas de la historia de Rusia, no siempre siguió estos pacíficos principios: fue su experiencia militar lo que hizo que cambiase. Tolstói participó en la defensa de Sebastopol durante la Guerra de Crimea (1853-1856) y en la campaña militar en el Cáucaso. Después de eso, empezó a rechazar frontalmente cualquier tipo de asesinato y, a partir de ahí, también muchas de las instituciones sociales del momento, incluyendo la Iglesia y el Estado.

 

Fiódor Dostoievski:

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“En algunos casos, no en todos (quizá con la excepción de las guerras civiles), una guerra es un proceso en el que se alcanza la paz internacional y se establecen relaciones internacionales normalizadas con el menor derramamiento de sangre, el menor dolor y el menor esfuerzo… Más bien es la paz, la paz prolongada la que convierte a las personas en animales y las vuelve crueles, no la guerra… Una guerra por un ideal generoso y espiritual, para liberar al oprimido, por una idea sagrada y desinteresada, una guerra así purifica el aire corrompido por miasmas, sana el alma, elimina la pereza y la cobardía vergonzosas, plantea y clarifica la idea que esta o aquella nación está destinada a llevar a cabo. Una guerra así fortalece el alma de cada individuo mediante la idea de autosacrificio y el alma de toda la nación mediante la idea de solidaridad mutua y de la unidad de todas las personas que la componen”. (Diario de un escritor, 1876. «¿Nos salvará el derramamiento de sangre?»)

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En 1877 Rusia le declaró la guerra a Turquía. Además de las causas políticas, la guerra estaba motivada por un elevado ideal: se consideraba asistencia fraternal a los pueblos de Bulgaria y Serbia, oprimidos por los turcos. Fue antes de esa guerra y durante su primer año cuando Dostoievski publicó Diario de un escritor, en el que dedicó muchas páginas a sus pensamientos s obre la guerra y sobre política europea en general.
Este comentario sociopolítico de hace 150 años es sorprendentemente parecido al análisis político actual en la red, con el mismo fervor, ímpetu en la opinión y pasión por las predicciones y pronósticos. Antes de que Rusia entrase en guerra oficialmente, Dostoievski debatió la posibilidad de una guerra no declarada, luchada por voluntarios, un claro paralelo con los acontecimientos actuales en el sureste de Ucrania.

 

Borís Pasternak:

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«Tenemos que elevar nuestros tiempos modernos y llenarlos de espiritualidad para que todos y cada uno de los días que pasen sean más y más valiosos, de modo que sea una pena perderlos y ser privado de ellos, que la vida se vuelva atrayente, espiritual y se llene de belleza inspirada, que no haya ningún deseo agotador de matar o morirse. No conozco y no puedo imaginar ningún otro modo de oponerse a una guerra”. (Cartas, vol. 10)

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En los tiempos soviéticos, la campaña oficial “Lucha por la paz” se convirtió en una poderosa tendencia propagandística. Famosos escritores fueron invitados con frecuencia a eventos organizados como parte de esa campaña. El único modo que un escritor tenía de expresar su opinión personal sobre la guerra, sin la ostentosa grandilocuencia y los arabescos ideológicos obligatorios, era en un diario o en su correspondencia privada. En este emotivo pasaje se puede oír el eco de los sentimientos de Tolstói.

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Por cierto, se ha comparado la novela Doctor Zhivago con Guerra y paz de Tolstói. Sin embargo, en las cartas de este Premio Nobel se recoge también la opinión opuesta: “La guerra tiene un gran efecto liberador en todo mi bienestar, mi salud, capacidad de trabajo y sentido del destino”. El propio Pasternak no luchó ni en la Primera ni en la Segunda Guerra Mundial. Su actitud hacia la guerra no estaba motivada por la experiencia, sino por sus emociones y su temperamento poético.

 

Alexander Solzhenitsyn:

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“Ninguna guerra es una salida. La guerra es muerte. La guerra es terrible no por el avance de las tropas, las casas incendiadas, los bombardeos. La guerra es terrible porque subordina todo lo pensante al poder legítimo de la estupidez… Aunque, para ser honesto, aquí las cosas son así incluso sin guerra”.(El primer círculo, novela, 1958)

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Solzhenitsyn, un oficial en servicio cuando fue enviado a prisión y luego a los campos directamente desde la primera línea de batalla, condena sin paliativos una guerra emprendida por un Estado totalitario, incluso si la guerra se dirige contra un obvio agresor: “Cualquier situación militar solo sirve como justificación para la tiranía dentro del país, solo la fortalece”.
Para complementar esta imagen, merece la pena recordar otra cita más, aunque no procede de un hombre de letras. El magnate actual Borís Berezovski, que fue en su día una celebridad popular, dijo una vez: “Hace falta un gran esfuerzo para hacer que completos extraños vayan y mueran por sus propios asuntos”.

 

* Textos de Mijáil Bútov, para RBTH, 21 de julio de 2014
Mijáil Butov es un escritor ruso, ganador del Libro del Año en Rusia.

El cuento en edad de oro: Alice Munro

Alice Munro , la famosa escritora de cuentos canadiense en cuyo trabajo explora las relaciones enredadas entre hombres y mujeres.

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La señora Munro , de 82 años , ha escrito 14 libros de relatos. La elección de la Sra. Munro fue recibida con una efusión de entusiasmo en el mundo que hablan inglés como idioma nativo.

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Ella revolucionó la arquitectura de los cuentos cortos , a menudo a partir de una historia en un lugar inesperado, y luego se mueve hacia atrás o hacia adelante en el tiempo, y trajo un modesto y sutil ingenio de su trabajo que los admiradores suelen remontarse a sus orígenes que crece en el Canadá rural.

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Munro ,vive en Clinton , una ciudad en Ontario-Canada.

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Stephen Harper, el primer ministro del Canada, emitió una declaración elogiando a la Sra. Munro como la primera mujer canadiense en ganar el Nobel de literatura. » Los canadienses están muy orgullosos de este logro notable , que es la culminación de toda una vida de escritura brillante «, dijo.  (1)

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Los lectores utilizan Twitter para enviar mensajes con citas de Munro como «La felicidad es constante curiosidad», la cual es una de las favoritas.

Algunas personas se preguntaban si el honor de la Sra. Munro era una indicación de que el cuento estaba entrando en una edad de oro , la mayoría de los ganadores del Nobel tienden a centrarse en las novelas o poemas.

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Su primera colección , «Danza de las Sombras felices» (Dance of the Happy Shades), fue publicado cuando tenía 37. Una de sus colecciones , » El amor de una buena mujer» (The Love of a Good Woman), ganó el National Book Critics Circle Award en 1998.

El Nobel de Literatura, uno de los premios más prestigiosos y lucrativos en el mundo , se da a un escritor por el trabajo de toda su vida de, en lugar de una única novela, cuento o colección. El ganador recibe ocho millones de coronas suecas, o alrededor de $ 1,2 millones de dolares.

Los ganadores en los últimos años han incluido a Mo Yan de China, en 2012 , el poeta sueco Tomas Tranströmer , en 2011; Mario Vargas Llosa, el escritor peruano , en el 2010 , y , en 2009, Herta Müller , novelista alemana de origen rumano.

En USA se tiene mala racha para los escritores estadounidenses, que han pasado más de 20 años. El último estadounidense en ganar el premio fue Toni Morrison, en 1993.

En un comunicado difundido por su editor estadounidense , Knopf , rindió homenaje al círculo literario canadiense.

«Cuando empecé a escribir , había una muy pequeña comunidad de escritores canadienses y poca atención se prestó por el mundo», dijo. «Ahora los escritores canadienses son leídos , admirados y respetados en todo el mundo .

Ella dijo que estaba encantado de ser elegido para el premio , y agregó: «Espero que fomenta aún más el interés por todos los escritores canadienses. «

En una entrevista con The New York Times este año , la Sra. Munro dijo que ahora que tiene más de 80 años , ella no está tan preocupada por el envejecimiento.

«Ella ha hecho un trabajo maravilloso «, dijo Englund . » Lo que ha hecho es más que suficiente para ganar el Premio Nobel. Si ella quiere dejar de escribir , es su decisión. «

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En una breve entrevista con Nobelprize.org , la Sra. Munro explicó que había decidido dejar de escribir porque había estado trabajando desde que tenía unos 20 años de edad.

«Eso es mucho tiempo para trabajar , y pensé , tal vez es hora de tomarlo con calma «, dijo. » Pero esto puede cambiar de opinión. «

 Hasta siempre.

Carlos Tigre sin Tiempo (CTsT)

Fuente usada, traducida, procesada y resumida de:

(1) = http://www.nytimes.com/2013/10/11/books/alice-munro-wins-nobel-prize-in-literature.html?_r=0

El homenaje de Juan Diego Flores a Mario Vargas Llosa

La sala sinfónica del Auditorio Nacional de Madrid estalló de emoción con la extraordinaria voz del tenor peruano, Juan Diego Flores. Recientemente ambos se habían reunido y mantenido charlas personales.

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Con humildad, MarioVargas Llosa, el agazajado de la noche, se acercó al escenario y se unió a los aplausos para estrecharle la mano al tenor peruano más exitoso que haya visto el mundo. 

 

* Vídeo de Reporte semanal, Lima, 24 Noviembre 2013

Mario Vargas llosa: Contra el e-Book y a defender» la lengua española

El Nobel de Literatura destacó el trabajo de escritores latinoamericanos que “han mantenido la unidad y fecundidad de nuestro idioma”.

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El Premio Nobel peruano Mario Vargas Llosase muestra esperanzado de que el libro en papel no desaparezca y coexista con su homólogo digital, mientras evalúa que la literatura en lengua española “está en buen pie”.

Vargas Llosa considera que, en el caso del libro, el soporte no es una cuestión menor.

“Estoy convencido de que la literatura que se escribiría exclusivamente para las pantallas sería mucho más superficial, de puro entretenimiento, conformista”, dijo a DPA hoy durante el VI Congreso Internacional de la Lengua Española en Ciudad de Panamá.

“El espíritu crítico, que ha sido algo que ha resultado sobre todo de las ideas contenidas en los libros de papel, podría empobrecerse extraordinariamente si las pantallas acabaran por enterrar a los libros”, manifiesta.

EL NÚMERO DE LECTORES AUMENTA
Las letras iberoamericanas, afirma con optimismo el autor de “Conversación en La Catedral” y “La ciudad y los perros”, “gozan de buena salud”. “Ha habido una crisis económica que ha afectado algo, pero mucho menos de lo que se temía. Creo que el libro sigue circulando”.

Al respecto, apunta que “es interesante saber por ejemplo que el número de lectores aumenta, aunque no tanto la venta de libros, pero sí el número de lectores, y ese es un síntoma muy alentador”, señala Vargas Llosa.

El escritor peruano fue el gran protagonista de la jornada inaugural del VI Congreso que abrió el telón el domingo y proseguirá hasta el miércoles en el Centro de Convenciones Atlapa bajo el lema “El español en el libro: del Atlántico al Mar del Sur”.

El desarrollo de las nuevas tecnologías implica “una problemática nueva, con la gran transformación que ha significado para el libro, para la cultura en general”, sostiene el galardonado autor, que presentará este martes en Panamá su más reciente novela, “El héroe discreto”.

CULTURA DIGITAL
El camino que se abre para la industria editorial es, mayormente, de incertidumbre. Es “muy difícil profetizar qué cosa va a ocurrir, si el libro digital va a anular enteramente al libro de papel”. También queda por saber “si va a haber finalmente una legalidad respecto al libro digital y a la cultura digital”, añade.

“Eso va a ser un elemento absolutamente fundamental en la dirección que tome la cultura en el futuro inmediato”, estima Vargas Llosa.

De todas maneras el Premio Nobel confía en que el tradicional libro de papel sobreviva los embates de la tecnología. “Yo creo que hay que hacer todo lo posible por que no desaparezca, por que coexista con el libro digital”, recomienda con fervor.

Mario Vargas Llosa

Mario Vargas Llosa instó a «cuidar y defender» la lengua española

El escritor peruano Mario Vargas Llosa, galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 2010, destacó hoy en Panamá que el idioma español se fortalece y expande cada día, pero no se debe descuidar ni dejar de defender.

En la sesión inaugural del VI Congreso Internacional de la Lengua Española, en presencia del Príncipe de Asturias y el presidente panameño,Ricardo Martinelli, Vargas Llosa aseguró que el español “sigue creciendo, rebasando fronteras y ocupando con una fuerza natural cabezas de playa en muchos otros países”.

El Congreso, bajo el lema “El español en el libro: del Atlántico al Mar del Sur”, reunirá hasta el miércoles en un centro de convenciones de la capital panameña a escritores, profesores y académicos, incluidos los directores del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, y de la Real Academia Española (RAE), José Manuel Blecua, quienes también participaron en la inauguración.

DEFENDER Y CUIDAR LA LENGUA ESPAÑOLA
El narrador peruano, que acaba de publicar la novela “El héroe discreto”, dijo que el avance permanente del español demuestra el “dinamismo, utilidad y fecundidad” de esta lengua.

De acuerdo con el autor de “Conversación en la catedral”, tener una lengua de estas características “implica también una obligación.

Vargas Llosa indicó que esto es así “porque las lenguas, como la vocación, como la amistad, como el amor, esas grandes experiencias humanas,necesita ser cuidada y respetada para durar, crecer y mejorar”.

En ese sentido, afirmó, “necesitamos defender y cuidar nuestra lengua, no cerrándola, desde luego, a las influencias extranjeras”.

DINAMISMO DE LA MODERNIDAD
Añadió que es importante el esfuerzo por mantener su cohesión y “al mismo tiempo que dinamizando su modernidad y actualidad, respetando esa riquísima, esa maravillosa tradición que la ha constituido”.

En este camino están grandes escritores “que tienden puentes entre todos los hispanohablantes del mundo”, destacó Vargas Llosa. “Esos grandes artistas y escritores (son los) que con su palabra han mantenido la unidad y fecundidad de nuestro idioma”, subrayó el novelista peruano.

Agregó, por otro lado, que entre las maneras de querer, respetar y enriquecer el idioma español, impidiéndole que se empobrezca y se degrade, están actividades como el Congreso de la Lengua Española.

“El libro entre el Atlántico y el Pacífico”; “La industria del libro”; “Libro, lectura y educación”, y “El libro entre la creación y la comunicación” son las secciones en las que girarán los debates del Congreso sobre derechos de autor y propiedad intelectual, la era digital, el papel del blog y la crítica literaria.

Vargas Llosa, quien estuvo acompañado en el acto inaugural por los escritores Sergio Ramírez, de Nicaragua, y Juan David Morgan, de Panamá, presentará en el marco del Congreso de la Lengua su última novela, “El héroe discreto”, en un coloquio con la escritora española Rosa Montero.

* EFE, 21 Octubre 2013

Los libreros: ¿especie en extinción?

En la Feria del Libro de Fráncfort se festeja a la literatura. Pero al mismo tiempo en Alemania desaparecen las librerías. Los clientes prefieren comprar libros por Internet. ¿Qué futuro tiene la profesión de librero?

Para los dueños de pequeñas librerías en Alemania la crisis es un estado permanente. Desde hace años, este sector lucha por sobrevivir. Primero había que combatir a las grandes cadenas de tiendas que comenzaron a vender libros en sus enormes sucursales.

Más recientemente, los libreros se han visto afectados por la competencia de las tiendas por Internet, que registran ventas crecientes.

Las cadenas de tiendas y el comercio electrónico ponen en riesgo a las librerías independientes. “Sobre todo Internet ha sido un cambio brusco”, dice Gabriele Schäfer, directora ejecutiva de las librerías Bosch, en Bonn. “Desde hace dos años crece notablemente el volumen de ventas a través del comercio electrónico”, agrega.

La Asociación de Libreros Alemanes calcula que la venta de libros por Internet acapara ya un 17 por ciento del volumen total en el sector libresco. Hace diez años, dicho nivel era de tan sólo el 4 por ciento.

El caso de Amazon

El comercio electrónico de libros es dominado por el consorcio estadounidense Amazon, que vende tres de cada cuatro libros adquiridos por Internet en Alemania. “Debemos reaccionar”, dice Schäfer. Su librería, como el 80 por ciento de las demás, tiene su propio sitio de ventas por Internet.

Pero las ganancias no son muchas. Las tiendas por Internet de librerías establecidas captan apenas el 1,5 por ciento del volumen de ventas.

Así, la única ventaja competitiva de las librerías tradicionales respecto de tiendas electrónicas comoAmazon radica en empleados aptos, que conozcan y aconsejen de manera personalizada a sus clientes.

Amazon y los e-books compiten contra las librerías tradicionales<br />
Amazon y los e-books compiten contra las librerías tradicionales

“Amazon reconoce el perfil de los clientes a través de una base de datos”, afirma Marianne Giese, quien trabaja desde hace más de 30 años en la empresa familiar de Gabriele Schäfer. “En cambio, nosotros podemos preguntarles cómo está la abuelita, o si les gustó el último libro que compraron aquí. Conocemos a algunos de nuestros clientes desde hace décadas”.

Giese opina que el futuro del sector está en el diálogo directo con el cliente, a través del cual se dará a este un mejor servicio. “Sólo así podremos sobrevivir”, señala.

¿Y los nuevos libreros?

Cada vez son más las librerías que cierran debido al crecimiento del negocio online. La Asociación de Libreros Alemanes indica que el número de sus miembros ha decrecido de 4800 en 1999 a 3500 en 2012.

También falta el relevo generacional. En 2012, el número de aprendices del sector libresco fue de 1.500, una contracción de 25 por ciento en tan solo cuatro años. Después de todo, ¿qué joven ve su futuro en una actividad que parece condenada?

Un ejemplo es el de Helena Flenner. A sus veintitantos años de edad, la chica usa el Internet y es uy activa en las redes sociales. También compra en Amazon, “pero nunca libros”, dice.

“Y conozco muchos que opinan lo mismo y prefieren ir a las librerías”, dice. Es por eso que su familia nunca la trató de disuadir para que cambiara de profesión. “Ellos saben que la profesión de librero es lo mío”, asevera Flenner.

Para muchos lectores es imprescindible el contacto con las páginas impresasPara muchos lectores es imprescindible el contacto con las páginas impresas

La clave: especialización

Sebastian Reiß también es aprendiz de librero, y coincide en que las librerías establecidas aún tienen oportunidad de enfrentar el futuro con éxito. “Uno no debe ser tan negativo”, afirma. Los lectores de libros electrónicos (e-books), por ejemplo, no son materia perdida para las librerías tradicionales, opina.

Flenner, por su parte, dice que la clave posiblemente se encuentre en la especialización. “Ya existen librerías que sólo venden literatura detectivesca o juvenil”, dice. Además, en Alemania los libros cuestan lo mismo, ya sea en Amazon o en las librerías tradicionales. “Y si no tenemos los libros en existencia, somos capaces de entregarlos en un lapso idéntico al de Amazon”, afirma la joven.

La única diferencia la marcan, en este sentido, los libros electrónicos, que llegan al ordenador o los dispositivos móviles de los lectores en cuestión de segundos. Pero para muchos, la lectura es una experiencia que implica necesariamente el contacto con las páginas en papel.

Como quiera que sea, la librería fundada por los abuelos de Gabriele Schäfer, como muchas otras, resiente los embates de las nuevas formas de comercialización. “Espero que las librerías tengan algún futuro, aunque haya menos de ellas. El fin del comercio tradicional, incluido el de los libros, sería también el fin de las ciudades tal y como las conocemos”.

* DW., October 2013

La canadiense Alice Munro gana el Premio Nobel de Literatura

Le dicen «la Chéjov canadiense», en alusión al maestro ruso del realismo. Ella es la decimotercera mujer en recibir un Nobel de Literatura.

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La distinción recayó en la autora de 82 años por ser «una maestra del relato breve contemporáneo», según el anuncio hecho por Peter Englund, secretario permanente de la Academia Sueca.

Fue el propio Englund quien llamó a Munro para comunicarle la decisión de la Academia. Sin embargo, no logró comunicarse con la escritora, así que le dejó un mensaje en su contestadora para informarle de su victoria, según relató el secretario a la agencia de noticiasAssociated Press.

«Yo sabía que estaba en la carrera, sí, pero nunca pensé que iba a ganar», le dijo Munro a los medios canadienses.

Pero su elección no fue una sorpresa para el mundo literario.

La escritora, nacida en Wingham (Ontario), fue una de las pioneras del realismo moderno canadiense.

Su trabajo tiene un fuerte foco en los lugares y en lo interno, y varios críticos han elogiado su tratamiento simple y cotidiano de las complejas relaciones humanas.

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Su nombre se repetía entre los favoritos al Nobel hacía ya algunos años, especialmente luego de ganar el premio internacional Man Booker en 2009.

Su último libro fue la compilación de historias cortas «Mi vida querida», el cual salió a la venta a fines de 2012. Y tras la publicación, este año la autora anunció su retiro, hecho que habría agilizado la decisión de la Academia Sueca, según los expertos.

«Si no se lo hubieran dado antes de su muerte, creo que habría sido una terrible, terrible omisión», sentencia Will Gompertz, editor de cultura de la BBC.

Hoy cuenta con 14 libros publicados y su obra ha sido traducida a casi una veintena de idiomas.

Pueblerina y revolucionaria

Munro comenzó a escribir en su adolescencia. Entonces se llamaba Alice Laidlaw, su nombre de soltera.

Se ganó una beca para estudiar periodismo en la Universidad de Western Ontario donde vendió sangre y recolectó brotes de tabaco para mantenerse. Fue como estudiante que publicó su primera historia, «Las dimensiones de una sombra», en 1950.

En la universidad conoció a su primer marido, Michael Munro, con quien se casó en 1951 y tuvo tres hijas.

Su primera colección de relatos cortos, «Danza de las sombras felices», publicado en 1968, le valió el Premio Gobernador General, el galardón literario más importante de Canadá.

Estas primeras historias captaron la diferencia entre sus propias experiencias al crecer en Wingham, una conservadora ciudad canadiense al oeste de Toronto, y su vida después de la revolución social de los años 1960.

En una entrevista en 2003, Munro describió la década de 1960 como «maravillosa».

«Habiendo nacido en 1931 yo era un poco vieja, pero no demasiado. Y después de un par de años, mujeres como yo estábamos usando minifaldas y caminando empavonadas», dijo.

En 1972 se divorció de Munro y volvió a casarse en 1976 con el geógrafo Gerry Fremlin, un viejo amigo de la universidad.

Tras un almuerzo de rencuentro y tres Martinis, ambos decidieron irse a vivir juntos. Y así lo hicieron, hasta abril pasado, cuando Fremlin murió.

Dueña de casa sin talento

Will Gompertz asegura que Munro ha estado «en lo más alto de la competencia desde que comenzó».

«Muy pocos escritores le hacen el peso», dice Gompertz, ya que la escritora de 82 años «llega al corazón de lo que es ser humano».

Sin embargo la hoy Nobel de Literatura nunca se sintió superior.

«Creo que fui exitosa haciendo esto porque no tenía ningún otro talento», aseguró Munro en una entrevista con Book Lounge.

«No soy realmente una intelectual. Yo era una buena dueña de casa, y ni tan buena», añadió.

Nueve de sus libros han sido traducidos al español y próximamente saldrá a la venta «Mi vida querida».

El Nobel de Literatura

De los 110 ganadores del Premio Nobel de Literatura en 106 premiaciones, 13 han sido mujeres. De ellas, sólo una representante es Latinoamericana: la chilena Gabriela Mistral, quien fue galardonada en 1945.

La última mujer en ganar el premio fue la alemana Herta Mueller, quien obtuvo el Nobel en 2009.

El año pasado, la distinción recayó en el novelista chino Mo Yan, conocido en Occidente por su novela «Sorgo Rojo», que se centra en las dificultades de los campesinos en el comienzo del régimen comunista en China.

Presentado por la Fundación Nobel, el premio es otorgado al escritor vivo más prominente, quien recibe 8.000.000 de coronas suecas (alrededor de US$ 1.228.000).

Las mujeres y el Nobel de Literatura

  • 1909 – Selma Lagerlöf
  • 1926 – Grazia Deledda
  • 1928 – Sigrid Undset
  • 1938 – Pearl Buck
  • 1945 – Gabriela Mistral
  • 1966 – Nelly Sachs
  • 1991 – Nadine Gordimer
  • 1993 – Toni Morrison
  • 1996 – Wislawa Szymborska
  • 2004 – Elfriede Jelinek
  • 2007 – Doris Lessing
  • 2009 – Herta Müller
  • 2013 – Alice Munro

 

* BBC Mundo, 10 octubre 2013

Yoani Sánchez dio detalles de su encuentro con Vargas Llosa en Lima

Bloguera cubana calificó como “entrañable” su conversación con el escritor peruano. Hablaron de Cuba, la literatura y el poeta cubano José Lezama Lima.

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La bloguera cubana Yoani Sánchez visitó al Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa en su casa en Lima y mantuvo una conversación “muy entrañable” con él, según reveló hoy en su cuenta de Twitter.

Sánchez, quien llegó la noche del jueves a Perú, relató en la red social que charló con Vargas Llosa sobre Cuba, la literatura y el poeta cubano José Lezama Lima y publicó una foto con el galardonado escritor.

La cubana también dijo que le comunicó al literato peruano que gracias a uno de sus libros conoció a su esposo, Reinaldo Escobar, quien es 28 años mayor que ella.

“También le conté a Vargas Llosa que gracias a su libro “La guerra del fin del mundo” conocí hace 20 años a mi esposo”, indicó.

Además, afirmó que dos libros de Vargas Llosa le cambiaron la vida: con el primero conoció a su esposo y con “La fiesta del chivo” aseguró que “le dio un portazo” a su profesión de filóloga.

Según RPP, Sánchez y Vargas Llosa viajarán a Argentina para participar juntos en una actividad.

Sánchez,Sánchez, de 37 años y autora del blog “Generación Y”, vive en La Habana y tiene una mirada crítica de la realidad de Cuba, la que vuelca en comentarios en su blog y en su cuenta de Twitter, por lo que se ha ganado la enemistad del Gobierno de su país.

 

* EFE, 6 Abril 2013

Clásicos rusos contados en español

La narración oral no solo promueve capacidades básicas como el desarrollo de la imaginación, la reflexión y la introspección, sino que también permite conocer otras culturas a través de las tradiciones y elementos típicos que se destacan en sus cuentos.

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“Por favor, cuéntalo pero mirame a los ojos porque no entiendo” le pidió un nene a quien le leía un cuento. Y todo cambió a partir de aquel instante. Mascha Lavzova, contadora de historias, asegura que ese pedido la marcó para siempre. 

El arte de narrar

El retorno al pasado se nota en la vuelta a los contenidos de los cuentos clásicos y a todas sus versiones y formatos (que van desde lo impreso hasta lo cinematográfico) y también se ve en los recursos utilizados. Los narradores por vocación usan sólo su cuerpo para transmitir lo que desean expresar. Se sientan frente a los receptores y dan comienzo al juego de las miradas, la kinésica, la modulación de la voz, las posturas y la palabra hecha aire.

Mascha no es la excepción. Es argentina y tiene descendencia rusa. Está ligada desde chica al mundo del teatro, la danza y la música. Utiliza los recursos aprehendidos para narrar alguno de los más de sesenta cuentos que conoce. Se dedica a ello de manera particular y también en escuelas de Buenos Aires y del interior de Argentina. Los grupos se dividen por edades y las historias tienen orígenes diversos, entre los cuales se encuentran leyendas tradicionales argentinas, cuentos rusos, algunos orientales (muchos de los cuales son cortos y drásticos como los chinos, que siempre dejan enseñanzas).

“Antes de contar un cuento le explico a los chicos que siempre traigo a la fantasía conmigo y que está presente entre nosotros para ayudarnos a entender la historia”. Es así como la dulce voz de Mascha relaja a los oyentes invitándolos a sumarse a un viaje. Algunos de ellos suelen mostrarse incrédulos ante la propuesta pero terminan gratamente embelesados. Ese es el caso de muchos adultos que se muestran reacios a detenerse, a volar y sobre todo, a escuchar detenidamente a otro.

La adaptación de la palabra

Pero cuando esa voz dulce se endurece desatando una tormenta dramática y se convierte en la voz tímida de un animal indefenso o en la voz grave de Baba Iegá  (bruja),  muchos sucumben y se entregan. La voz es el recurso más importante. Es así como también a veces Mascha cuenta cuentos en un programa radial en la Provincia de Santiago del Estero. “Allí el contexto es otro y tengo que adaptar las historias”. Hay gente que nunca vio un cisne o el mar, por ejemplo, entonces hay una necesidad imperante de buscar sinónimos para dar con un sentido más acabado”.

Inclusive, a veces suelen mezclarse componentes de varios de ellos y surgen nuevos relatos en el seno familiar pero la simbología permanece intacta y trasciende para convertirse en algo mítico. Eso sucede con algunos cuentos rusos como Tsarévnaya Liagushka (La princesa rana) y sus similitudes con cuentos como ‘La princesa y el Sapo’.

“Algunos cuentos se transformaron por tener escenas muy fuertes pero hay que pensar que antes no había otra distracción, que de noche solamente podían reunirse alrededor del fuego y que los relatos eran más bien para los adultos. En ellos se trasmitían los valores humanos y  costumbres típicas; además a cierta hora los chicos se quedaban dormidos y los grandes eran los que se impregnaban de estas historias que luego serían contadas a sus hijos”, sostiene María Savastano Herten, que dicta talleres de escritura. 

Visualizar el lenguaje oral

“Cuando le leo un cuento a mis alumnos ellos esperan a que termine la página para ver la ilustración, eso pasa siempre y la ansiedad aumenta año a año”, asegura Soledad Capurro, docente de Nivel Inicial.

Para poder escuchar un cuento y empaparse de él, es necesario tener cierta edad, y en muchos casos, suelen surgir personalidades más proclives a hacerlo que otras. Ya a partir de los 6 o 7 años, los chicos pueden seguir el hilo de una historia medianamente larga y concentrarse en ella.

En principio, la oralidad despojada de la imagen puede verse como un claro modo de promover la imaginación y de ejercitar la escucha y el apaciguamiento de un momento dedicado al ejercicio lúdico de la mente, pero si se observan con objetividad las generaciones de chicos que crecen influidos por las nuevas tecnologías, donde la imagen se destaca por sobre las demás cosas, tal vez estemos frente a una necesidad de brindarle a nuestros hijos la opción de fortalecer un enriquecimiento que tiene que ver con lo meditativo, con la reflexión y con la creatividad.

María asegura que la tradición oral nunca se va a extinguir. “De hecho, en cada familia siempre hay un narrador de cuentos. Cada cultura transmite valores y tradiciones de boca en boca a través de sus historias. De ahí el éxito y la importancia de los cuentos infantiles que se pasan de generación en generación, por lo tanto creo que nunca se va a dejar de volver al origen”.

La globalización suele verse muchas veces como sinónimo de tecnología, pero el simple hecho de dedicarse a contar ficciones de tierras lejanas puede tener un efecto similar, y en algunos casos, hasta más cautivador.

 

* 22 de febrero de 2013, Kira Mamontoff, Rusia Hoy

Palabra de niño

Palabras inventadas, o conocidas; amadas, temidas, y hasta aclamadas tomaron de mil maneras la sede central del Instituto Cervantes en Madrid cuya celebración del ‘Día E’, la fiesta del español, se dedicó sobre todo a los niños y a sus familias.

El ‘Día E’, que llega este año a su cuarta edición con centenares de actos que se desarrollarán simultáneamente en todos los centros de la red, ubicados en 77 ciudades de 44 países, se celebró en Madrid «de una manera muy familiar, austera, como imponen los tiempos, pero muy divertida, pensando en que este día de fiesta esté muy vinculado a los juegos y a la lengua».

La explicación es de la directora de Cultura del Instituto Cervantes, Montserrat Iglesias, anfitriona del «Día E», en ausencia del director, Víctor García de la Concha.

Iglesias recibió a las puertas del antiguo Banco Español del Río de la Plata, o Edificio de Las Cariátides, a sus «exclusivos» visitantes, familias, en su mayoría, pero también turistas y curiosos, que contemplaban embelesados el interior del precioso palacio de la madrileña calle de Alcalá.

Este año no se ha votado una palabra favorita, como en otros anteriores, pero sí ha sido posible optar, en línea, por una serie de propuestas en vídeo realizadas por personalidades de la cultura y «padrinos» de la celebración, ha explicado.

Entre ellos, el propio director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, o el director del Teatro de la Zarzuela, Paolo Piamonti, además de escritores como Lorenzo Silva o Ana María Matute hispanistas como Ian Gibson y Carolyn Richmond, o músicos como Martirio, Ara Malikian o Luis Eduardo Aute.

La palabra más visitada ha sido la esperanzadora «ojalá», propuesta por la artista plástica Eva Lootz, que ya supera las 5.000 reproducciones en http://www.youtube.com/user/cvccervantes, donde se dejaran colgados los vídeos para que se puedan seguir visitando.

En los vídeos, ha indicado la directora de Cultura del Cervantes, «a veces se impone la cuestión emocional o el sentido de la palabra y en otras ocasiones claramente la belleza o la sonoridad, porque hay palabras para todos los gustos. Uno seguro que puede pensar -ha apuntado Iglesias- que cada momento del día tendría una palabra distinta».

El idioma goza de buena salud: lo hablan casi 500 millones de personas, ha recordado Iglesias, lo que le convierte en la segunda lengua del mundo y se prevé que sea el idioma del 7,5 % de la población mundial en 2030. Hoy lo estudian más de 18 millones de alumnos.

Y con esta filosofía comenzaron las actividades que animaban a los niños a crear sus propias palabras en talleres de papel y plastilina: «España», «Corazón», «La Roja», o «Bugatti», la marca favorita de coches de Lucas, de seis años, que acudió a la fiesta ataviado con la camiseta de la selección española de fútbol, que hoy se juega en Europa, ante Francia, el pase a semifinales.

Las escritoras Cristina Herreros, Luisa Borreguero, Norma Sturniolo y Margarita del Mazo arrastraron a los niños cual flautistas de Hammelin tras sus cuentos mientras el músico Nacho Mastretta, ganador por su álbum de fusión en los Premios de la Música ofrecía las canciones de su clarinete.

 

 

* ELMUNDO | Madrid/23/06/2012

Mario Vargas Llosa contra el conformismo

El escritor presentó a los periodistas «La civilización del espectáculo», un alegato lleno de claridad en defensa de la cultura.

Hablar de cultura con Mario Vargas Llosa es siempre un lujo. Pero hacerlo hoy es hablar del valor y el riesgo que nuestra sociedad ha asociado a la cultura. El escritor y premio Nobel acaba de publicar «La civilización del espectáculo» (Alfaguara), un testimonio personal y candente sobre la cuestión. Una advertencia sobre las consecuencias catastróficas de «la banalización de la cultura, de reducir la cultura a la mera diversión», en sus palabras.

Hay que agradecer la claridad que el gran narrador ha sabido imponer a su argumentación, salpicada con textos periodísticos, como ventanas a la realidad. Esa capacidad de poner los pies en la tierra le da una dimensión de intelectual comprometido con su tiempo, muy valorada en los escritos Vargas Llosa.

Acabar con la cultura

Y la claridad empieza con la primera frase en su encuentro con periodistas: «Democratizar la cultura al final ha significado el empobrecimiento de la cultura y la confusión de los valores porque la idea de acabar con el elitismo se convirtió al final en la idea de querer acabar con la cultura».

 

La cultura hace ciudadanos exigentes, la diversión los hace conformistas

El mayor peligro lo ve Vargas Llosa en las consecuencias a largo plazo en las sociedades democráticas, porque la cultura crea ciudadanos exigentes y críticos, mientras que el entretenimiento genera conformismo: «Hay gente que está contenta porque cree que tenemos por fin una cultura democrática, pero yo no —asevera—. Creo que la banalización, convertir la cultura en mero espectáculo o diversión, tiene consecuencias nefastas sobre todo para la sociedad democrática. Forma seres sin espíritu crítico y eso desembocará irremediablemente en formas de totalitarismo porque sin imaginación o capacidad crítica, en un mundo conformista, es más fácil manipular a la sociedad. La cultura es un entretenimiento creativo, que te inquieta, desarrolla en ti cierta desconfianza hacia el mundo en que vives que para mí es la fuente del progreso e impulsa los cambios». «Pero la cultura del mero entretenimiento no deja huella», se lamenta.

 

Los medios son el efecto más que la causa de la banalización

Para Vargas Llosa, los medios de comunicación son más el efecto que la causa de la banalización. «El amarillismo es la forma extrema de la necesidad de entretenimiento que ha impregnado al periodismo. Los medios serios no están en condiciones de competir con los que viven solo del entretenimiento». Pero eso, en su opinión, es porque «el público demanda ese producto, la fuente es esa cultura de entretenimiento.Cuando lo entretenido es el valor supremo de la información cualquier cosa puede ocurrir».

La culpa de los políticos

Ni los políticos ni los intelectuales se salvan de su mirada crítica. Unos y otros por distintas causas han ayudado en ese proceso de disolución de los valores de la cultura. Los políticos dejando a un lado las preocupaciones éticas de su cometido y cayendo en «campañas políticas que son espectáculo, determinado por la publicidad más que por las ideas». Y los intelectuales aislándose y haciéndose cada vez más ininteligibles, lo que es un desprecio hacia el público.

«Es aterrador —confiesa— ver a personas como los grandes economistas, tan bien informadas, que cuando salen de su campo se convierten en seres ignaros. ¡Ignaros! Cada vez nos pasa más, creamos ese tipo de ciudadanos. La función de la cultura era establecer el denominador común para todos, algo que la ciencia no puede hacer (no todos entienden la Relatividad, pero sí pueden disfrutar de la Capilla Sixtina)».

Los demonios de la libertad

Y aunque estos peligros son hijos de la libertad, la ponen en peligro, en su opinión: «La libertad es un valor primordial, pero aunque ello nos angustie, no garantiza que elijamos lo correcto», dice Vargas Llosa. Para el Nobel, «lo único que puede frenar los excesos de la vida pública es la cultura, como yo la entiendo. Una cultura que no permite libelo. Pero la cultura que vivimos hoy día no solo no sanciona el libelo, sino que lo busca y lo paga a precio de oro. Al final, el freno de la cultura provocaría un rechazo natural frente a lo que violenta el buen gusto. No creo que con leyes especiales se pueda frenar el amarillismo. La cultura tiene un peso moral, ahí también vemos el riesgo de banalizarla… Con cultura la sociedad sufriría menos, porque es una fuente de enriquecimiento personal que redunda en enriquecimiento social. El amarillismo es un hijo deforme y perverso de la libertad».

*Por JESÚS GARCÍA CALERO / MADRID / 18/04/2012

La escritora española Maruja Torres quiere morir matando

Dice Maruja Torres que la novela negra es una cosa de vejez. Que lo que a ella le gusta hacer ahora es “elegir a personas detestables, atarlas, imaginar el asesinato y luego hacer justicia”. Que de esta forma “destilas la maldad”, y que disfruta colocando a personajes de clase social alta como los malos, aquellos que matan “por ser más ricos, por tapar sus errores, por tener una vida más cómoda”. Reconoce que parece un tópico, pero que “es encantador envejecer y morir matando”.

Maruja Torres da buena cuenta de una cerveza bien fría y de un plato de salmón ahumado a los pies de las pirámides de Guiza, no lejos de donde comienza su última novela, “Sin entrañas”. La ex-reportera metida a detective por amor al arte Diana Dial, el alter ego de la Torres, con su mismo peinado, su misma lenguaraz desvergüenza y su mismo amor a decir lo que piensa, ha regresado a las librerías para resolver un nuevo crimen, esta vez en el Nilo. Un homenaje paródico a la gran novela deAgatha Christie, con un vapor, un misterio, el río y hasta una Lady (dos, para ser más exactos, una auténtica y una falsa); pero en lugar de ingleses, Maruja Torres ha llenado el barco de catalanes.

La autora ha viajado a El Cairo con un grupo de periodistas para presentar su libro, publicado por la editorial Planeta, y disfruta enseñando a los reporteros las maravillas de una ciudad que le fascina. Aunque las piernas le traicionan y reconoce que “este no es país para cojos”, Maruja trota con la imaginación por las pirámides, por el bazar de Jan al Jalili, compra regalos, habla con los parroquianos y pide una shisha (pipa de agua) tras otra. Se nota que añora Oriente Medio.

Ha ambientado la novela en los años previos al estallido de la revolución, “porque eso es lo que yo conocí, lo de Tahrir lo vi desde mi sofá y a través de Al Yazira, siendo muy consciente de que mi época ya no era ésta, mi época reporteril ya había pasado”. El paso del tiempo es un asunto queMaruja Torres, de 69 años, recuerda varias veces en la conversación, como cuando explica cómo Egipto le poseyó cuando vino en 2005 con varios amigos a arrojar las cenizas de su entrañable Terenci Moix en la bahía de Alejandría. “A mí las pirámides y los monumentos de aquí no me interesaban, me fascinaba más Petra, hasta que las entendí. Y las entendí a través de eso que escribía siempre Terenci sobre el sentido del tiempo y la muerte, y el deseo de eternidad. Cuando te haces mayor, eso lo entiendes mejor, no ves un monumento, ves otra cosa”, reconoce.

Maruja Torres ha entrado en el club de la novela negra –su debut fue “Fácil de matar” (2011), ambientada en Beirut-, y se divierte como una chiquilla haciendo maldades. Dice que disfruta estando “con los más golfos de la literatura”, y que “los autores son mucho menos pomposos y me lo tomo mucho mejor, porque yo nunca me he tomado en serio a mí misma como autora, hago el trabajo lo mejor que puedo pero no voy a cambiar la historia de la literatura”. Pero, ojo, “hay gente que tampoco la va a cambiar y se lo cree”, puntualiza.

«Hay una depresión salvaje»

Escribir una novela criminal supone “vivir durante un año en un mundo de fantasía, con los problemas que tú te pones. A ver, ¿cómo coño mato al cantante? Es un artefacto”, describe Torres. Dice la autora que la novela negra se ha puesto de moda “porque hay una depresión salvaje, y el género nació en Estados Unidos con la gran depresión”, y que la novela negra social es más cosa de hombres, que a las mujeres nos va más el crimen.

Puede ser, pero en “Sin entrañas”, también hay crítica social, un retrato, quizás a pinceladas, del Egipto que estalló el 25 de enero de 2011, ahogado por los corruptos, reflejados en el libro porHadi Sueni, ese director general de Antigüedades de sombrero Fedora y bolsillos amplios (un Zahi Hawass mal disimulado), e impulsado por los jóvenes con estudios y sin esperanzas, como Ismail en la novela, también inspirado en un amigo suyo. Y hay en el libro una descripción -exagerada, sin duda, pero presente en Oriente Medio-, del neocolonialismo, de los occidentales que llegan atraídos por el romanticismo de lo exótico, de ese Oriente de Agatha Christie y de“Description de l’Egypte”, que ya no existe pero que se empeñan en reproducir. “Yo he visto mucho el neocolonialismo y lo sigo viendo, e incluso tengo amigos que lo practican, que van a los sitios a lo que van. Yo voy a los sitios por amor al sitio, no por amor al otro, del que es mejor abstenerse si quieres tener una vida tranquila y una reputación”, apunta, pícara, la autora.

Es posible que a ese sueño le quede poco tiempo. El auge del islamismo en Egipto impone una realidad diferente. “Yo he visto crecer las barbas aquí y amontonarse los pañuelos en las cabezas”, afirma Maruja Torres, que ha dejado esa crítica para sus columnas y sus artículos, no para la novela. Pero recuerda, imitando con sorna la voz de un señor mayor con acento supuestamente árabe, cómo, tras una entrevista a un imán de Al Azhar cuando vino la primera vez a El Cairo en su época de reportera, con la primera guerra del Golfo, la institución le vetó. El imán le dijo que en Occidente no hacían felices a las mujeres porque no les daban hijos, y la autora, que ha tenido que escuchar esa perorata muchas veces en la región, se vengó en su artículo.

Desde entonces, reconoce, poco ha cambiado: “aunque hay mucho despertar, incluso entre mujeres veladas, el futuro de la mujer no se resuelve sin el fututo del hombre, y esto no se resuelve sin dinamitar la familia desde sus cimientos. El mundo musulmán, y yo diría que el árabe, tiene que descubrir el individualismo, el respeto a la vida y pensamiento propio, eso te lleva a respetar al otro. O avanzan todos junto o se hunden todos juntos”.

 

* PAULA ROSAS / EL CAIRO /Miercoles 18/04/2012 

La literatura nos hace entender la realidad, pero no la cambia

En ocasión de publicarse la versión en chino de su novela La piel fría, Albert Sánchez Piñol, uno de los autores catalanes más prominentes, realizó su primera visita a China, donde aceptó una entrevista con Pueblo en Línea. 
Albert Sánchez Piñol recibió el premio Ojo Crítico en 2003 y el Grinzane-Francesco Biamonti en 2005, por su obra La piel fría. Esta buena recepción a su obra está avalada asimismo por la traducción de la misma a 35 lenguas, lo que hace de este texto el libro en catalán más traducido de todos los tiempos. Además, ya hay planes de producir en Hollywood un filme basado en la novela.

 

Periodísta: Usted es antropólogo y está especializado en estudios africanos, ¿Cómo decide dedicarse a la creación literaria? Y la antropología, ¿en qué sentido influye en sus novelas?
Albert: Cuando empezé a estudiar antropología ya escribía, aunque poco. Siempre quise ser un novelista un poco distinto. En España y en Cataluña, la mayoría de los escritores son filólogos, y eso hace que un escritor filólogo domine muy bien el lenguaje, pero que al mismo tiempo tenga argumentos más limitados. En cambio, la antropología me da una libertad para crear argumentos distintos y sorpredentes dentro de lo normal. Hay pocas novelas que traten esas temáticas y creo que en el caso mío lo debo a la antropología.

Periodísta: Su novela La piel fría incluye el elemento fantástico, que desempeña un papel muy importante en el argumento, por eso algunos críticos la califican como novela de ciencia ficción, ¿está de acuerdo?
Albert: En La piel fría hay un elemento fantástico, ligado a la inhumanidad, en forma de unos monstruos subacuáticos, pero al mismo tiempo hay una idea muy antropológica. A primera vista, la novela es de fantasía, sobre un individuo que lucha contra los monstruos acuáticos. Pero a mitad de la novela se plantea una pregunta básicamente filosófica, o sea, si el enemigo no es un monstruo, el conflicto será aun peor, porque hasta ese momento, el protagonista sólo tenía que matar monstruos para sobrevivir, pero a partir del momento en que se hace la pregunta, tendrá que decidir si hace la guerra o si hace la paz, porque si no es un monstruo, ya es posible dialogar. Y si es posible dialogar no vas a hacer la guerra. Pero siempre es más difícil hacer la paz que la guerra. Ahí es cuando la antropología te aporta preguntas morales. Es una cuestión narrativa que al principio tuvo algo de ciencia ficción, pero a la cual la antropología aporta profundidad.

Periodísta: Pero al final el protagonista no logró la paz…
Albert: Es que hace un millon de años los seres humanos hacían la guerra. Lo que tenemos en este libro es que la guerra no es absoluta, pero a lo mejor es inevitable, porque no hay manera. Yo acabo de ver en televisión lo que está pasando en Siria, y hace un millon de años lo hacíamos así. Sí, siempre hay guerra, y no quiero hacer una novela rosa, no tuve obligaciones para hacer un final feliz. Hay que explicar. Yo como antropólogo, justo antes de escribir La piel fría, regresaba del Congo. Había estado en el centro de África haciendo antropología, y me sorprendió la guerra civil del Congo, que fue una guerra brutal con tres millones de muertos, entonces yo volví un poco deprimido, por la estupidez del ser humano. No podía hacer una novela feliz, cuando la gente se mataba y no sabía ni por qué se mataba. Era algo delirante, al ser humano le cuesta mucho reprimir esa violencia, la historia lo demuestra.

Periodísta: Volvemos al elemento de ciencia ficción. Aunque en los últimos años ha sido un elemento muy asiduo en las creaciones literarias y cinematográficas en todo el mundo, en España hay muy pocas novelas de este tipo. ¿Cree que el éxito de esta novela y la amplia atención que ha provocado están relacionados con este elemento?
Albert: Yo dije que hay un elemento fantástico, que hay humanidad debajo del agua. Eso no es realista, pero en cuanto a ciencia ficción, ¿dónde está la ciencia? La ciencia de ficción, en mi opinión, es algo que te habla de las posibilidades del futuro de la tecnología. Para mí es muy últil usar el elemento fantástico para hablar de cosas muy presentes en nuestra sociedad, por ejemplo del conflicto armado, cómo vemos a los que no son como nosotros y a las sociedades distintas a la nuestra, cómo asumimos las relaciones con ellos…estas preguntas son muy antropológicas, y se desarrollan mejor en una novela, porque la gente se engancha, quiere saber cómo se acaba la historia, y al mismo tiempo está hablando de estos temas. Cuando el protagonista dice, bueno, estos quizás no son monstruos, quizás son humanos, y quizás podamos hacer la paz, y que esta guerra es absurda si no son monstruos. El lector cuando lo lee, sin duda entiende que esta guerra es absurda, y si es una guerra absurda, lo son todas, porque a partir del momento en que reconoces a tu enemigo como humano, ¿por qué disparas contra él? Intenta dialogar, y seguramente encontrar una forma de convivir. 

Periodísta: ¿En qué sentido cree usted que esa novela va a afectar a los lectores?
Albert: Las novelas nos hacen lúcidos, nos hacen entender la realidad, pero no la cambian. No hay ninguna novela que haya cambiado nunca nada, y es algo triste. Yo puedo decirlo primero porque soy antropólogo, yo estudiaba los pigmeos. Es una sociedad con unos valores increíbles, una sociedad que tiene cosas muy buenas. Por ejemplo, el conflicto social es muy bajo, la discriminación contra la mujer no existe prácticamente. Tienen cosas extraordinarias, aunque nunca han leído un libro, mientras que los otros inventan la bomba tómica. Por eso quizás la literatura no ha logrado progresar mucho. Y segundo, creo que cualquiera que le este libro entenderá que las guerras son absurdas, pero da igual. Tú puedes creer que una guerra es absurda, y lo haces. La literatura no arregla a los malos del mundo, te dice cómo están, y ya está. Es un poco triste.

Periodísta: Hay algo que nos extraña, y es que en sus novelas nunca aparecen elementos de Cataluña.
Albert: En realidad durante mucho tiempo en Cataluña se creyó que la novela no era un libro catalán, porque no había ni un solo protagonista catalán. Pero creo que para hacer literatura catalana no hay que tener protagonistas catalanes que vayan con la barretina… Yo creo que ahí radica la libertad del autor. Los libros pertenecen a las literaturas según el idioma en que se escriban, no por nada más. No sentí de ninguna necesidad poner un protagonista catalán o español porque lo que importa es la historia. Me vendría mejor que un protagonista viniera de Irlanda, porque es otra isla, primero, por que ha estado en una isla, luchando contra un invasor, y cuando va a una isla tan pequeña, él lucha con otros que están allí, incluso vestido de inglés en algún momento. Aquí sobresalen las contradicciones de la humanidad: un individuo que estuvo luchando con otros en un contexto, mientras en otro contexto, puede desempeñar el papel opuesto. Me da igual, si China hubiera sido una isla, igual ponía un protagonista chino. La literatura es universal, o no es literatura. Las buenas historias son universales, aunque ocurran en un pueblo muy pequeño, si las puede leer todo el mundo. Al menos en Cataluña se ha llegado a un consenso de que la literatura catalana es la escrita en catalán, y la castellana la de los que escriben en castellano, porque hay muchos autores catalanes que escriben en castellano, o en los dos idiomas.

Periodísta: ¿En qué situación se encuentra la literatura catalana actualmente en España y en el mundo?
Albert: Muy buena. Es normal que aquí sea menos conocida. Pero una novela catalana ya puede llegar a 10 millones de lectores, que si bien puede parecer poco desde la perspectiva de China, evidencia una notable proyección internacional, tomando en cuenta lo pequeña que es. Entiendo que cuesta más de llegar a China, pero para mí esto demuestra muchas cosas. Primero y sobre todo, la universalidad, da igual en qué idioma escribas, lo que importa es la historia que escribes. Si la historia es interesante ya te traducirán, es una de las cosas buenas de la globalización. Hoy un escritor turco escribe una novela, y a los tres meses, ya la están leyendo en Irlanda: Hace diez años eso sonaba a imposible. Claro que es difícil que la literatura catalana entre en China, donde hace diez años no había nada, pero mira ahora, ya hay al menos algunos libros traducidos. Esto te demuestra que la frontera es mínima, y que las culturas numéricamente pequeñas pueden aportar muchas cosas a la literatura universal. Actualmente sí hay bastantes autores internacionales que se han traducido a más de veinte idiomas, que ya es mucho para una literatura numéricamente tan pequeña. 

Periodísta: ¿Qué elementos de su obra cree usted que interesarán a los lectores chinos?
Albert: Creo que lo que les interesa son las historias universales, que interesan en todas partes. Si yo me sentara y digo “voy a escribir una novela que va a interesar a los lectores chinos,” seguro que sería un fracaso, porque no conozco bastante la cultura china. Pero hay algo que tienen en común todos los seres humanos, en cuanto a qué tipos de historias nos gustan. En cuanto a la historia, por ejemplo, del individuo que se va a una isla desierta atacada por unos monstruos, da igual de qué cultura que tú seas, quieres saber cómo acaba eso, y mientras, puedo aprovechar la historia para exponer ideas universales. Creo que si esa historia la hubiera escrito un chino, de seguro que me interesaría.

Periodísta: ¿Pero cómo pueden los lectores chinos conocer la cultura catalana a través de su obra si no tiene rasgos catalanes?
Albert: Puede ser un puente, en el sentido de que, si ese libro te interesa, seguro que te vas a hacer preguntas. Una cosa te lleva a la otra, se dice. Y si este libro te interesa, quizás buscas a otros autores catalanes, o inquieres de dónde viene ese autor, aunque los personajes vengan de Irlanda o sean subacuáticos. Con muchos autores ocurre eso. Por ejemplo, Kafka nunca te pone personajes de Chequia, de Praga, pero igual estudio las cosas de Chequia, de Praga, de los judíos… porque me interesaban sus novelas. En cambio, si yo hago una novela sobre cómo son los catalanes, que a ellos les gusta el fútbol…eso no va a interesar a nadie, ni a los catalanes, ni llegaría a ningún tipo de lector. En realidad quería hacer el coloquio en catalán, porque yo escribo en catalán. Pero al final no conseguimos un traductor, es una pena. Pero da igual, hablo lo mismo sólo que en otro idioma.

 

* Por Rocío Huang (16 abril 2012)

Polémica por comida peruana en libro de Gustavo Rodríguez

Escritor nos habla de “Cocinero en su tinta”, obra que inició la discusión sobre la gastronomía peruana.

“Cocinero en su tinta”, la cuarta novela de Gustavo Rodríguez, fue presentada por la editorial Planeta un 30 de enero como la primera ficción peruana en retratar el boom gastronómico en nuestro país. Y aunque escribir sobre comida no tiene nada de malo (basta con darle una mirada a las odas culinarias de Pablo Neruda o Miguel Ángel Asturias), la etiqueta que anunciaba el libro inició la discusión en el mundo literario sobre qué tan pertinente era novelar sobre un tema de moda. Lo que siguió ya es conocido: Iván Thays tomó la novela de Rodríguez como un pretexto para discutir sobre dicha pertinencia y, de paso, hacer pública una “pataleta” culinaria en su blog en la edición online del diario español “El País”. La polémica que generó la opinión del ex conductor de “Vano oficio” ubicó a la novela de Rodríguez en el ojo de la tormenta y dejó la literatura en un segundo plano. Dispuesto a revertir esta situación, encontramos a Gustavo Rodríguez y esto fue lo que nos dijo:

¿Por qué escribir una novela sobre el boom gastronómico en pleno boom gastronómico?
Es que no considero que sea una novela sobre el boom gastronómico.

Pero se le promociona como tal.
Creo que es una exageración. En realidad, es una novela que trata sobre un proceso creativo. Es una novela sobre una persona, en este caso un cocinero, que está pasando por una crisis en su vida. Pude optar por un pintor o un fotógrafo, pero me pareció que los cocineros no han sido tan explorados como personajes. Además, se me hacía más interesante al tratarse de un país como el nuestro en donde de lo que más se habla es de cocina.

¿Cuándo empezaste a trabajar en el libro?
La idea nació hace casi tres años, así que de oportunista tiene poco. Fue un proceso muy largo: tomar apuntes, hacer correcciones hasta tener un producto que me pareció interesante de mostrar. Ustedes los periodistas deben tener un sentido de oportunidad y entregar un producto lo antes posible, pero es algo que no veo en mi literatura.

¿”Cocinero en su tinta” nació de una motivación literaria o respondió más a tus intereses como publicista?
Todo proceso creativo tiene disparadores conscientes y disparadores inconscientes. Sí, existió el sentido de querer aprovechar algo que está en boca de todos; sin embargo, creo que tu pregunta está planteada de manera inversa: yo no soy un publicista que se puso a escribir; yo soy un escritor que en un momento dado se dedicó a la publicidad. Los temas más interesantes y relevantes siempre van a estar rondándome. Años atrás me interesaba explorar el racismo en nuestro país y salió “La semana tiene siete mujeres”. Ahora me interesó darle una mirada a este fenómeno por momentos exagerado del amor por la cocina.

¿Por qué exagerado?

Un cocinero peruano tiene una presión extra. Todo un país ha cifrado sus esperanzas de ser algo en el mundo en ellos. Y eso es mucho pedir. Gastón Acurio debe ser el cocinero que más la piensa antes de poner una palabra en su Twitter.

“Desgraciado el país que necesita héroes”…
Así es. Lo dijo Berltot Brecht y parece que hubiera sido peruano. Nuestros cocineros son nuestros nuevos héroes, los futbolistas que no tenemos en esta generación. Y esas son características que quise poner en “Rembrandt Bedoya”, el protagonista de esta novela. El telón de fondo de “Cocinero en su tinta” es la cocina peruana, pero la gran masa de la que se nutre la novela está en las contradicciones, los celos y envidias de una persona que se dispone a crear algo. La cocina es una excusa para sumergirnos en un mundo mucho más profundo.

Lo que ha pasado en estos días con tu novela me parece curioso. Iván Thays quiso criticar el momento que elegiste para publicar la novela y terminó siendo él el criticado.
Lamento el mal entendido que pueda dar el post de Iván porque esta novela es un poco más que el boom de la cocina peruana. Claro, había dos planos en el post de Iván y literariamente se centraba en cuánto tiempo debe pasar para que una novela no se considere oportunista o para que una novela capte la esencia de un suceso. Pero ni bien dijo cocina peruana y mencionó sus gustos personales el Perú se le vino encima.

Si Iván hubiera leído tu libro la historia sería otra…
Iván dice claramente que no he leído el libro y que va a comentar sobre si es oportuno o no publicarlo en determinada fecha. Pero bueno somos un país que lee lo que quiere leer o entiende lo que quiere entender y se tolera muy poco.

Desde el punto de vista comercial, ¿te ha favorecido está polémica?
No lo sé. Yo estoy preocupado. No sé si un libro que nazca en medio de una especie de escándalo se pueda ver contaminado después. De que se va a dar a conocer más rápidamente es verdad y probablemente eso te traduzca en ventas. Pero la verdad yo no necesitaba de eso. Todos mis libros se han vendido bien. Algunos de ellos han sido los más vendidos en el año que salieron y no necesitaron de este tipo de escándalos.

¿Cuánto influenció Pedro Miguel Schiaffino en este libro?
Yo le estoy muy agradecido a muchas personas que me brindaron su tiempo para conocer el fenómeno de la cocina. Entre ellos, Raúl Vargas y Mariano Valderrama. Pero Pedro Miguel ocupa un lugar especial porque fue bastante generoso. Yo me interesé en él porque maneja la cocina amazónica y mi personaje tiene un restaurante de cocina amazónica. Entonces le toqué las puertas a Pedro Miguel, a quien no conocía personalmente, y me encontré con un tipo muy amable. Lo usé egoístamente como muleta y él aceptó. Me pareció tan generoso que un personaje del libro se llama como él.

No solo hay un personaje llamado Pedro Miguel Schiaffino, también existe un Gastón Acurio, un Ferran Adrià, una Grimanesa Vargas. Todos como parte de una ficción ¿Por qué mantener los nombres de personajes de la vida real?
Me parecía disforzado cambiarles los nombres a personajes que son tan presentes para el lector, al menos en este país. Se hubiera visto falso si yo hablaba de un gran chef de la cocina peruana y este se llamaba Gerardo Alarcón. Además ninguno de estos personajes es visto con mirada crítica o desdén.

Sin embargo el libro empieza con una advertencia: “Lector, no le busque tres pies al gato”.
Es una advertencia que se suele dar en sociedades que no saben distinguir lo que es ficción de no ficción. En otras palabras, sociedades que no están acostumbradas a leer como la nuestra. Muchas veces yo he tenido que decirle a gente muy querida que mis novelas no son memorias ante preguntas como: ¿Gustavo, cuándo te pasó eso que narras en el libro?

¿Eres un escritor que cocina?
No, yo no sé cocinar. A menos que hacer carnes a la parrilla sea cocinar. Lo que sí me gusta es ir a restaurantes. Y a mi mujer más. Entonces, desde que estoy con ella salimos mucho a comer porque ella lo disfruta y yo disfruto viéndola disfrutar.

¿Te gusta la comida peruana?
Me gusta mucho, pero no al extremo de ponerla como la mejor del mundo. Siempre trato de ponerme en perspectiva. Es suficiente orgullo saber que está dentro de las cinco o seis mejores cocinas del mundo sin ser tan conocida todavía. Nosotros creemos que el Perú está en boca de todos y no es verdad. Pero a eso vamos, por lo menos en términos culinarios.

¿Y nuestro chauvinismo culinario no ayuda a acelerar el mejor posicionamiento de nuestra gastronomía en el ránking mundial?

Ayuda, pero también mortifica. Para que un arte o un artista sea materia exportable es necesario que la gente de su propio país se haya apropiado de él. Vengo del “Hay Festival” de Cartagena (Colombia) y el consejero editorial de Gallimard, la editorial francesa, me decía que para que un escritor latinoamericano llegue a Europa es primordial que en su propio país lo hayan leído. Entonces, este nacionalismo tiene su lado bueno. El lado malo viene cuando perdemos la perspectiva.

¿En qué otros países se venderá “Cocinero en su tinta”?
De seguro va a estar en Colombia, México y Argentina, donde ya se vendió mi anterior novela. Quizá también en España, pero no lo puedo asegurar.

¿Ya tienes en mente el tema de tu próxima novela?
Ya la estoy escribiendo. Será un libro basado en las elecciones presidenciales de un país ficticio muy parecido al nuestro. Creo que hay bastante material.

 

* Texto por MELVYN ARCE RUIZ, 7 Febrero del 2012

Un video de esta Entrevista a Gustavo Rodríguez esta en el siguiente enlace:

http://elcomercio.pe/espectaculos/1371088/noticia-polemica-comida-peruana-gustavo-rodriguez-preocupado-su-libro

 

La literatura estimula la actividad del cerebro humano

Unos científicos en el País Vasco miden la reacción neuronal ante figuras retóricas, como el oxímoron

El cerebro humano reacciona de manera diferente ante expresiones como monstruo geográfico, monstruo solitario, monstruo hermoso y monstruo horrible. La primera es incorrecta, la segunda es neutra, la tercera es un oxímoron y la última es un pleonasmo (vocablo innecesario que añade expresividad). El investigador Nicola Molinaro ha elegido para sus experimentos la tercera, el monstruo hermoso, el oxímoron, una combinación de dos palabras o expresiones de significado opuesto que originan un nuevo sentido, como noche blanca o muerto viviente. Y esta figura retórica genera una intensa actividad en el área frontal izquierda del cerebro, actividad que no se produce ante una expresión neutra o una incorrecta.

“La investigación demuestra el éxito da nivel retórico de las figuras literarias; la razón de su efectividad es que atraen la atención de quien la escucha. Se reactiva la parte frontal del cerebro y se emplean más recursos en el proceso cerebral de esa expresión”, explica Molinaro en un comunicado del Centro Vasco de Cognición, Cerebro y Lenguaje.

El curioso experimento, cuyos resultados se han presentado en la revista NeuroImage, consistió en exponer a varias personas, de entre 18 y 25 años, a esas expresiones y medir, mediante electroencefalogramas, su reacción cerebral. Molinaro se centró en el oxímoron por ser una fórmula muy sencilla, que puede construirse con un par de palabras, resultando fácil de medir la actividad cerebral que desencadena.

“La investigación demuestra el éxito da nivel retórico de las figuras literarias»

Ante el monstruo hermoso, se apreció en los sujetos del experimento, una intensa actividad cerebral en la zona frontal izquierda (íntimamente relacionada con el lenguaje) 500 milisegundos después de que percibieron la expresión. Sin embargo, ante la expresión incorrecta, el monstruo geográfico, el cerebro reaccionó a los 400 milisegundos, al detectar que hay un error La frase neutra (monstruo solitario) fue la que menos reacción provocó. En el pleonasmo, el monstruo horrible, se midió una actividad mayor que ante la expresión neutra pero menor que ante el oxímoron.

“Los resultados muestran que cuanto menos natural es la expresión, más recursos requiere el cerebro para ser procesada en la parte frontal izquierda”, continúa Molinaro, que ha trabajado en este proyecto junto con Jon Andoni Duñabeitia (Centro Vasco de Cognición, Cerebro y Lenguaje.) y Manuel Carreiras. El siguiente paso es repetir el experimento pero registrando la reacción con resonancia magnética para obtener imágenes de la actividad cerebral al procesar figuras retóricas.

 

 ,Madrid, 23 enero 2012

«Confío en que algunos de mis libros me sobrevivan»

El autor jerezano habla de la que asegura que será su última obra, ‘Entreguerras’, un «poema fluvial» hecho de memorias.

Observa fijamente José Manuel Caballero Bonald (Jerez, 1926) al pasado, del que hay mucho que contar. Y prefiere mirar de refilón al futuro. El autor asegura queEntreguerras o De la naturaleza de las cosas (Seix Barral) es su última obra. Ya advirtió de que en narrativa no iba a publicar más, sin embargo en poesía las musas son más caprichosas y cabezotas, aunque la consigna sea la contraria. Aquí, las confesiones de un viajero en el tiempo.

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(José Manuel Caballero Bonald, en su casa de Madrid, con una de sus obras.)

-¿Qué es Entreguerras

-Pues es un extenso poema unitario de casi tres mil versos, lo que se entiende como un poema fluvial, un largo soliloquio en el que he ido acumulando muchas memorias dispersas, muchas experiencias vividas, muchos libros escritos. Aparte lógicamente de los injertos imaginativos, de pura ficción. La poesía también es un género de ficción. Creo que Entreguerras desborda sus cauces naturales y se aproxima a lo que podría ser una síntesis de la totalidad, es decir, un resumen de lo más memorable que he ido viviendo por el mundo adelante. 

-He leído que es su retirada, su última obra. ¿Cómo sejubila un escritor? ¿Es que las musas también tienen su tiempo? ¿Siente acaso en este momento más liberación que pesadumbre? 

-No sé, quizá me sienta más liberado que otra cosa. En cualquier caso, creo que después de este libro no voy a escribir más, no me va a hacer falta. Hace tiempo que desistí de escribir una nueva novela o de continuar mis memorias, pero, claro, no podría decir lo mismo de la poesía. A lo mejor, un día, de pronto, se me ocurren las primeras palabras posibles de un poema. Y, claro, no voy a evitar esa tentación. También es verdad que, con los años, me he vuelto más escéptico, más descreído, cada vez creo menos en más cosas, y también me siento un poco inclinado a no volver a escribir nada más, por pura desgana. 

Usted ha dicho en más de una ocasión que «queda mucho pasado«. ¿Qué es entonces el porvenir ahora? 

-El porvenir es ya un espacio muy angosto, cada vez más angosto, mientras el pasado es cada vez más extenso… Miro para atrás y es como si me asomara a un pozo sin fondo. A veces me asombra comprobar la cantidad de cosas que he ido dejando atrás, tantas peripecias, tantos viajes, tantos libros… tantas entreguerras. 

-¿Cómo ha sido la elaboración de esta obra? 

-Como ocurre más o menos con todo proyecto poético, se me ocurrió por acumulación de ideas. Un día se me fue agudizando el deseo de escribir una nueva versión, digamos que en clave más interiorizada, de ciertos episodios autobiográficos que considero significativos. Quien quiera saber quién soy, tendrá que leer este libro, aun entendiendo que entre ese balance de experiencias también hay mucha invención, muchos injertos de ficción. Ya se sabe que la poesía no tiene por qué contar verdades o certezas, sino que se puede inventar de acuerdo con lo que vaya exigiendo el propio poema. La única verdad del poema es la calidad de la lengua en que está escrito. 

Es testamentaria y autobiográfica, adelantó meses atrás. ¿Qué quiere decir? ¿A qué parte de su vida o de los demás hace referencia? ¿Cómo ha sido la selección de esos momentos? 

-La selección de experiencias, de hechos vividos, ha sido bastante complicada. Pero tampoco me llevó mucho tiempo comprender que el poema tenía que funcionar como el flujo y reflujo de la memoria, como la marea de los recuerdos, sin atenerse a ningún orden ni cronológico ni temático. Para describir las cosas tal como habían ocurrido ya estaban los dos tomos de mis memorias. En Entreguerras tenía que contar lo que se me había quedado detrás de la realidad, esos materiales medio secretos que acaban constituyendo una parte esencial de tu vida. 

-¿Qué tipo de viaje hace en este libro? 

-Digamos que podría ser un viaje a la semilla, un viaje a las fuentes de mi personalidad, ese regreso a lugares y personas que han ido dando forma a mi manera de ser, a mi modo de vivir. Me imagino que también hay rastros de otros buenos y malos viajes, de lo que alguna vez he llamado las zonas prohibidas de la experiencia… 

Quizás ya no escriba más poesía, y dejó la narrativa hace tiempo. ¿En qué invertirá ahora sus ganas y su tiempo? Imagino que no recurrirá a ser uno de esos Bonald acostados de los que habló una vez en una entrevista, esos familiares que decidieron ver pasar la vida desde la cama. 

-No crea que me faltan ganas. Te levantas por la mañana, te asomas al mundo, y después de leer las últimas noticias lo primero que piensas es que lo mejor sería volver a acostarte. La cama no es mal sitio para capear el temporal, sobre todo cuando ya no te interesa para nada todo ese tropel de informaciones que terminan por complicarte la vida. Cada vez soporto peor los conflictos y desmanes de un mundo como el que estamos viviendo, dominado por las sumisiones, las corrupciones, las lacras del conservadurismo y del nacionalcatolicismo, acosado por las tiranías de las mafias financieras… La ideología ha sido desplazada por la economía y eso no conduce a ningún buen fin. 

-Eche un vistazo atrás: no fue marino, ni filósofo, pero sí escritor. ¿Ha cumplido con sus metas, sus sueños? 

-Sí, he cumplido razonablemente con mis metas de escritor. Lo de marino o filósofo, como usted dice, no fueron más que fases de incertidumbre. La incertidumbre es el primer acicate de la aventura, y eso sí que me ha seducido desde siempre. La aventura es un magnífico proyecto de vida. He navegado por cuatro mares, he viajado por cuatro continentes, y todo eso forma parte de unos incentivos aventureros que ya son sólo recuerdos fantasmales. El tiempo cada vez se me hace más irreal, más poblado de sorpresas. Lo único cierto es que he escrito unos sesenta libros y que confío en que algunos de ellos me sobrevivan. 

-¿Va en contra del fomento de la poesía hacer un largo poema-ensayo, como a usted le gustan, en esta obra? 

-Estoy en contra de la división de la literatura en géneros, los géneros deben en realidad ensamblarse unos en otros. Los géneros literarios sin más son simples subgéneros. Todo escritor que se precie trabaja con la herramienta del lenguaje y da igual que lo haga en forma de narración, de poesía o de ensayo. Un gran poema incluye la novela y el ensayo, del mismo modo que en una gran novela o un gran ensayo absorbe la poesía como nutriente primordial. Lo que a la larga importa es la belleza del hecho literario consumado. Lo demás son juegos florales. 

-Uno se va forjando amigos y enemigos (si los tiene) en el camino. ¿Qué le diría a estos últimos? 

-No creo que yo tenga enemigos, al menos no son enemigos que me merezcan alguna atención. Bueno, hay por ahí un par de individuos a quienes el rencor los hace alardear de que son mis enemigos. Uno de ellos, por cierto, es jerezano, un plumífero local resentido que empezó como poeta lírico y terminó en articulista de temas marianos. No sé qué fue de él… El otro que se ufana de ser mi enemigo vive en Madrid y de cuando en cuando me dedica algún insulto. Yo no los leo, pero me lo cuentan. No entiendo que haya gente así, qué pobreza de espíritu. 

-¿Qué deseo por cumplir le queda en el tintero como persona, no como autor, además de ser saxofonista de jazz? 

-Aparte de no tocar el saxo o de no haber aprendido la lengua árabe, no sé qué otro deseo se me ha quedado por el camino. Lo cierto es que he ido cumpliendo etapas con absoluta libertad, he escrito los libros que he querido, he sorteado tiempos oscuros, he salido a flote de mis particulares entreguerras… Ahora sólo aspiro a ver pasar la vida sentado a la sombra de un árbol, a tener cerca a las personas y los libros que yo quiero. 

Y una pregunta inevitable: ¿está satisfecho con la marcha de la Fundación Bonald? 

-Sí, muy satisfecho. En la Fundación trabaja un equipo magnífico, muy bien cohesionado y muy eficaz. Han organizado con mucho provecho mi archivo personal: correspondencia, fotografías, bibliografías, originales, documentos diversos… Aparte de la revista Campo de Agramante, claro, y del incremento paulatino de la biblioteca. La Fundación ocupa ya sin duda un puesto eminente en el panorama cultural de España.

Fuente: ARANTXA CALA / JEREZ DE LA FRONTERA |16.01.2012

Los Juegos Olímpicos de Shakespeare

Ser o no ser, Être, ou ne pas être, Sein oder Nichtsein… ¿Qué se pierde, pero sobre todo cuánto se gana, en la interpretación de la obra de William Shakespeare desde otras latitudes, servida por actores no ingleses en su idioma natal y nutridas de su propio acervo? Ni siquiera la imposibilidad de plasmar toda la riqueza de la lengua inglesa que entrañan las traducciones al español, francés, alemán o también al maorí supone un verdadero escollo. El Bardo es «el mejor poeta y escritor de todos los tiempos e, incluso cuando no puedes entender cada una de sus palabras, siempre puedes seguirlo a través de las emociones», subraya Tom Bird, responsable del festival Globe to Globe, un proyecto que congregará en Londres a 37 compañías internacionales -tantas como las piezas que firmó Shakespeare- para brindar su propia visión sobre el legado universal del inmenso dramaturgo.

Londres acoge un ambicioso proyecto sin precedentes: la representación de las 37 obras del Bardo a cargo de compañías provenientes de otros tantos países

El teatro The Globe, una réplica moderna de la sede donde Shakespeare (1564-1616) estrenó sus principales obras a orillas del Támesis, va a convertirse la próxima primavera en una torre de Babel.

Comediantes de orígenes tan diversos como Sudáfrica, las antípodas o China trasladarán a ese escenario inspirado en la Inglaterra isabelina sus originales versiones del universo shakespeariano. Los tiempos modernos procuran la ventaja de la rotulación con subtítulos cuando se trata de un Hamlet en lituano, El mercader de Venecia que habla hebreo o el Ricardo II recreado por una compañía palestina de Ramala. Y la mesura de los precios de las entradas (entre seis y 42 euros) contribuirá a esa celebración de la vocación multicultural de Londres que quiere destacar la cita olímpica de 2012.

«Shakespeare sigue atrayendo a gentes de todo el planeta, que aportan a su obra un prisma cultural, político y social diferente y enriquecedor», afirma Bird. El director del Globe to Globe destaca con especial orgullo la participación en esa iniciativa de una jovencísima nación, nacida tan solo el año pasado bajo el nombre de Sudán del Sur. Si Cimbelino relata la historia del rey bretón y su díscola hija Imogen, la producción de este drama que propone el país africano ha logrado integrar en la historia los traumas de medio siglo de guerra civil en tierras sudanesas.

También tienen su proyección los conflictos bélicos que arrasaron los Balcanes a finales del siglo XX. Porque las tres obras englobadas bajo el título Enrique VI corren a cargo de compañías de Serbia, Albania y Macedonia. El baile de los guerreros aborígenes de Nueva Zelanda que tan bien conocen los aficionados al rugby (la haka) compartirá espacio sobre las tablas del Globe con La Comedia de los Errores, de la mano de los artistas afganos de Roy-e-Sabs, en su primera incursión exterior desde la invasión del país. Y el teatro español aportará en mayo su pieza a ese caleidoscopio multinacional con la particular propuesta de la compañía madrileña Rakatá sobre la obra Enrique VIII.

A pesar de las constantes celebraciones de su figura, William Shakespeare sigue siendo objeto de toda suerte de teorías conspirativas que no creen posible cómo el hijo de un vulgar comerciante de provincias fue capaz de reflejar el mundo de la corte y sus pulsos políticos y humanos con una pluma tan excelsa. En vísperas del estreno del Globe to Globe, el cine acaba de recrear en la película Anonymus la hipótesis de que el autor de su producción fue en realidad su coetáneo Edward de Vere, conde de Oxford. «Es completamente ridículo. Shakespeare nació en Stratford-upon-Avon y escribió todas sus obras», zanja Bird sobre la eterna polémica que solo consigue reavivar el interés por el personaje.

La cascada de artículos de opinión que desató el estreno condujo a una conclusión. ¿Realmente importa si Shakespeare escribió sus obras o la vigencia de estas? De ella hay pruebas recurrentes. Recientemente se publicó una encuesta en Reino Unido sobre lo que sus ciudadanos consideran tesoros nacionales. El Bardo figura a la cabeza, por delante de la monarquía, la Union Jack o esa libra a la que siguen aferrados. De su carácter universal da fe, en palabras de Bird, «esa especie de milagro que lo convierte en un autor tan popular en todo el mundo». ¿La clave? «Creo que sus obras encarnan el examen más exhaustivo escrito nunca sobre la condición humana».

Embajada española
Volcada en la adaptación de los clásicos del Siglo de Oro a las claves nuestro tiempo, la compañía independiente Rakatá es la invitada del teatro The Globe para escenificar la visión hispana del universo de Shakespeare. La obra elegida es Enrique VIII, ese rey de Inglaterra que tuvo seis esposas, la primera de ellasCatalina de Aragón, a costa de romper con el Vaticano. Por primera vez, el dramaturgo accede a «legitimar las acciones de un monarca que alumbra el nacimiento del gran imperio», explica Rodrigo Arribas, cofundador de la compañía madrileña.

Si el Bardo se vio forzado a imprimir «tintes propagandísticos» a una pieza escrita durante el reinado de Isabel I (hija de Enrique VIII), la puesta en escena de Rakatá «buscará la esencia humana», no la justificación política, del comportamiento del rey.

El divorcio de Catalina, hija de los Reyes Católicos, encarna en esa producción hablada en español «la ruptura con un mundo medieval», explica Arribas, pero sobre todo se ha buscado «dar cuerpo de carne y hueso a los personajes». Una puesta en escena que no permite grandes alardes en el Globe convertirá la función en «un trabajo de actores por encima de todo». Con la vista puesta en la situación española, el actor considera «envidiable» que los ingleses hayan concebido ese proyecto de difusión de la figura de Shakespeare y alaba su ausencia de «chauvinismo».

 

* Texto por PATRICIA TUBELLA – Londres – 24/12/2011