El Racismo en Suiza

A manera de tener una visión completa de este tema del racismo -que es un fenómeno mundial-, agrego este interesante reporte que viene de suiza (ver abajo). Asimismo quiero escribir, en mi opinion, que el racismo es algo que esta en todas partes y que mucha gente lo hace por diversos motivos.

En algunos casos por sentirse superiores o mejores a los demás. Generalmente se hace entre todas las razas; pero las que mas dañan es cuando proviene de las mayorías contra minorías que tienen pocos recursos económicos, por lo tanto poca opción de defenderse.

En otros por antipatía racial , cultural, idiomatica o asustarse por prejuicios no comprobados o generalizados infantilmente. 

También hay muchos casos por envidia de no querer dejar progresar a personas de otras razas (minorías raciales) y hacer leyes injustas  poniéndoles trabas burocráticas o administrativas increíblemente absurdas e injustas, etc.


Hasta siempre.

CTsT

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«El racismo, lo siento instintivamente»

El rechazo a lo diferente y las tendencias discriminatorias, eventualmente racistas, se producen en Suiza normalmente de modo sutil.

El rechazo a lo diferente y las tendencias discriminatorias, eventualmente racistas, se producen en Suiza normalmente de modo sutil. (Keystone)

¿Dónde comienza el racismo? Cómo se manifiesta en la vida cotidiana? ¿Cómo afrontar las discriminaciones? Dos mujeres narran sus experiencias. Ambas tienen la piel oscura, un pasaporte suizo y una estrategia de defensa.

“Soy mulata. En mi familia, la piel presenta todos los tonos de color; se trata de una cosa normal. En mi país era aceptada”, narra Josefina Schnell-Ortiz, de 50 años, de República Dominicana y quien estudió psicología y ruso en San Petesburgo, donde conoció a su marido. La pareja se instaló en Suiza en 1988.

“En ese tiempo, muchas personas que huían de Sri Lanka llegaron a Suiza. Más tarde, el flujo de inmigrantes comenzó a llegar de los Balcanes. Tal vez los suizos se sienten amenazados porque no los conocen y por la cantidad de extranjeros que han llegado. Yo estaba algo preocupada; me preguntaba si podría vivir en un país tan hostil a los extranjeros”, describe Josefina Schnell-Ortiz, quien trabaja actualmente como maestra de español y ruso en el cantón de Berna.

No obstante, ella no considera que haya un fondo racista detrás de cada comportamiento desagradable. “No lo tomo todo de modo personal, todo no se dirige directamente a mí”.

Josefina Schnell-Ortiz.

Josefina Schnell-Ortiz. (swissinfo)

Físico que marca

Isobel Allen nació en 1964 en Escocia. Su madre era suiza y su padre, jamaiquino. Llegó a Suiza a la edad de 20 años.

“A diferencia de en Escocia, aquí estaba tranquila”. En la ciudad de Glasgow, de 3 millones de personas, era tildada de black bastard (negra bastarda). En Suiza también me hicieron comprender en varias ocasiones que yo era diferente”.

Por ejemplo, a la hora de intentar encontrar un apartamento. Concertaba las citas de manera telefónica, hablando fluidamente el dialecto alemán que se habla en Berna, pero la sorpresa se producía cuando se presentaba en persona para ver el apartamento en cuestión. “Mi aspecto no corresponde a la imagen que uno se hace de mí, se espera a otra persona”, indica.

Nadie le rentó un piso sin tener que recurrir a la recomendación de un conocido. “Yo puedo fiarme a mi instinto. Si hay motivaciones racistas tras un rechazo de empleo o para rentar un apartamento, lo siento. Es una sensación que reconozco desde mi infancia”.

En parte, cuestión de actitud

Josefina Schnell-Ortiz advierte de la existencia de comportamientos racistas y que algunos tienden a juzgar al otro por su aspecto físico. “Pero no me siento víctima, y no quiero decir que soy tratada de modo distinto a causa del color de mi piel”, relativiza.

Se trata, en parte, de una cuestión de actitud. “Mi personalidad no se encuentra en el color de mi piel. Trato a los otros con respeto y espero que los otros me traten de igual forma”.

Josefina Schnell-Ortiz está convencida que para encontrar su sitio en una sociedad como la helvética, los inmigrantes deben desarrollar una cierta confianza en sí mismos. “Uno es observado por un largo tiempo; no es aceptado de inmediato”. Hoy día, ella no se considera extranjera, sino suiza, con familia y niños: “Aquí estoy en casa y no le quito nada a nadie”.

Isobel Allen se ha formado como maestra de danza gimnástica y enfermera. En su tarea debe, con frecuencia, atender a muchos pacientes de edad a domicilio. “A nivel profesional no soy tratada con menosprecio. Claro que mis clientes a veces se sorprenden y, curiosos, me preguntan de dónde provengo. No han nada racista en ello. Hace poco una paciente me dijo: ‘Está usted bastante bronceada’. No se había percatado de que siempre he sido morena”.

Isobel Allen.

Isobel Allen. (zVg)

Tomar posición y reaccionar

Isobel Allen sabe que es juzgada por su aspecto. “En la aduana casi siempre me controlan. Es normal y el tema no me ocupa de modo constante. Antes, la sensación de ser extranjera la tenía más presente, pero los años han pasado y, probablemente, también me comporto ahora de manera diferente”.

Cuando presencia que alguien trata sin respeto o injustamente a otra persona, ella siente que debe hacer algo. Esto, “para que la gente se dé cuenta de cómo se comporta”.

Con el tiempo ha aprendido a protegerse y a defenderse. Una vez, de vuelta de vacaciones, colocó en su balcón un tendedero con ropa recién lavada y una vecina le gritó que eso no se hacía en Suiza y que debía volverse a su país. “Justamente he vuelto a mi país, este es mi hogar’, le respondí. Estaba tan molesta. Finalmente trabajo y pago mis impuestos aquí, como los otros también”.

Fenómeno humano

Para Josefina Schnell-Ortiz las discriminaciones existen en todas partes del mundo, sea porque uno es blanco o negro, hombre o mujer, o porque tiene otra religión u otra forma de pensar.

“Suiza no es ni más ni menos racista que otros países. El miedo a lo desconocido, a lo extraño es un fenómeno humano”. También ella ha vivido situaciones en las que se observa un toque discriminatorio, pero advierte: “no permito que la situación degenere. Me defiendo”.

Y narra un episodio sucedido en el tren. Una mujer quería sentarse, pero la silla estaba ocupada por el bolso de Josefina. “En lugar de pedirme que lo quitara, me dio pequeños toques con el dedo en mi espalda. Le dije que podía dirigirme la palabra, pero que evitase tocarme”.

Josefina Schnell-Ortiz no quiere dar mayor importancia a este género de episodios que, de cualquiermodo, no afectan realmente su vida. “¿Qué debo hacer si la gente no conoce los buenos modos? No puedo educarla; pero intento evitar entrar en conflicto”.

* Gaby Ochsenbein, swissinfo, 5 de enero de 2012
  Traducción: Patricia Islas


INFORME SOBRE RACISMO

178 casos fueron verificados en 2010, 16 más que en el año precedente, por la red de centros de consulta dirigida a las personas que consideran haber sido objeto de discriminación racial. (Balance 2010, presentado en junio pasado)

Estas informaciones son recopiladas por la Comisión Federal contra el Racismo y la asociación humanrights.ch.

Entre las constataciones recogidas se encuentra la de consideración de que los incidentes tratados están asociados a una forma latente de xenofobia o intolerancia al color de la piel o al islamismo.

En 2010, los actos racistas debidos a la xenofobia fueron más frecuentes de acuerdo a la apreciación de los consejeros de la red de consultación, con 72 casos. La islamofobia fue señalada en 23 ocasiones.

Las más afectadas por discriminación racial resultaron las personas provenientes del África subsahariana (42 casos), de Europa central (26) y de África del Norte (23), de un total de 134 casos de los que se conoce la procedencia de la víctima.

Los insultos racistas (69) son los incidentes más frecuentes registrados.

Cabe señalar que la categoría de “rechazo a prestaciones públicas”, aumentó con 17 casos.

Se trata, por ejemplo, del rechazo a ser admitido en un establecimiento nocturno, como una discoteca.


ENLACES

Los límites de la unión civil homosexual

Desde que entró en vigor el registro civil de parejas del mismo sexo en Suiza hace justo 5 años más de 10.000 personas se han decidido por dar el ‘sí’ a través de esta unión oficial.

Maria von Känel Scheibling, a la derecha, con su familia.

Maria von Känel Scheibling, a la derecha, con su familia. 

La cita a la oficina del registro civil ha sido un acontecimiento muy significativo para ellos, pues de este modo han obtenido el reconocimiento oficial de su unión, un modo de asegurar así ciertos derechos y obligaciones en el marco de su relación de pareja, como el permiso de residencia en caso de tener un socio de origen extranjero.

Si bien hay ámbitos que se resuelven con el registro de esta unión como es el caso en temas como herencia y pensiones, la adopción y la reproducción asistida están prohibidas en Suiza para las parejas homosexuales, un tema prioritario a reivindicar.

El deseo de tener familia es un asunto central para muchas de estas parejas y aquellas que se han inscrito en el registro vigente desde 2007 se encuentran en una posición lejos de lo ideal. Lo cierto es que la realidad ha rebasado al marco legal establecido para las parejas del mismo sexo.

Dos madres

Maria von Känel Scheibling y su pareja han vivido bajo el mismo techo durante 14 años y habían deseado por mucho tiempo oficializar su relación “para obtener una seguridad legal ante nuestro compromiso como pareja”.

“Debido a que también teníamos el deseo de tener hijos, nos decepcionó la decisión de que la adopción no sería contemplada en este registro civil de parejas homosexuales”, indica Von Känel Scheibling a swissinfo.ch.


“Pero aun así quisimos registrar nuestra relación, pues es importante dar una señal para mostrar que este tipo de uniones como la nuestra existen”.

De este modo, las dos mujeres anunciaron su unión en el registro civil desde el primer año que Suiza autorizó este procedimiento. Y desde entonces y a ojos de la ley, ambas cambiaron su estatus de soltería al de relación en pareja del mismo sexo.

Después vinieron los hijos. “Nuestros niños nacieron en el marco de nuestra relación lesbiana. Yo di a luz al primer niño; mi socia, al segundo.”

Paradoja

Las dos madres no tienen ningún derecho o responsabilidad parental en el marco jurídico por el niño que su pareja concibió, y a esto se suma que el camino de la adopción les está prohibido, por haberse inscrito en 2007 al registro de parejas del mismo sexo.

Es decir, ellas no pueden dar el paso de la adopción mientras que un homosexual –mujer u hombre- que no se encuentre en este registro, sí tiene derecho ella.

“Al vivir el día a día como familia, nos damos cuenta que la prohibición a la adopción no solo es una barrera en contra de los padres: Lo que más nos duele es el hecho de que existe también en contra de nuestros hijos”, indica von Känel Scheibling.

Como cofundadora de la asociación ‘Familias Arcoíris’, von Känel Scheibling emprendió la batalla para obtener el estatus legal de padres para las parejas homosexuales ante el Tribunal Federal, pero fracasó, por lo que decidió acudir a la Corte Europea de Derechos Humanos, donde el caso se analiza actualmente.

Uwe Splittdorf, de la plataforma suiza de organizaciones homosexuales ‘Pink Cross’ indica al respecto que más de 30.000 niños en este país crecen en las denominadas familias arcoíris, es decir, con algún miembro homo o bisexual. Otras estimaciones se reducen a 6.000 casos.

Los tiempos cambian, pero lentamente

El matrimonio con todos sus derechos es el objetivo final de la lucha: “Sí, efectivamente, es nuestro deseo y creo que podremos alcanzarlo en unos 5 a 6 años”, explica Splittdorf y detalla: “El derecho a la adopción es el siguiente paso en el que nos concentraremos”.

La ley de partenariado para parejas del mismo sexo, que cumple un lustro en vigor, ha otorgado mucho mayor aceptación de los miembros homosexuales en la sociedad, considera Uwe Splittdorf.

“Ha sido bien recibida por familiares y amigos de las personas que deciden incluirse en el registro; además del hecho de resolver problemas prácticos como el derecho a herencia y la residencia de parejas del extranjero; pero pese a esto, aún hay personas gay que llevan una doble vida”.

El profesor en Sociología René Levy está de acuerdo con ello: “Creo que hay muchas situaciones en las que los homosexuales esconden sus preferencias en el ámbito de la sexualidad. ‘Salir del armario’ no es un acto trivial puesto que aún resulta penoso o surgen temores por las dificultades que pueden generarse ante el anuncio de la propia homosexualidad”.

“Todavía no existe un gran reconocimiento para las identidad que no se restringen a la  heterosexualidad y el cambio en este sentido es lento. Se encuentra más bien al nivel de lo políticamente correcto y no a un nivel profundo en la mirada de la sociedad en general”.

A juicio de Levy, el registro de parejas del mismo sexo es un compromiso mal logrado: “No es una ley que sitúe en la ilegalidad a la homosexualidad, pero tampoco la declara en términos de igualdad”, subraya.

Suiza es una sociedad conservadora, opina Levy: “Las normas de igualdad, apertura social y multiculturalismo son establecidas por gente con un alto nivel de educación, pero se trata solo de una minoría, aunque, si bien es cierto, una minoría de gran voz”.

Por los derechos del niño

Esta ley sobre el partenariado homosexual contó con un apoyo moderado al momento del debate para implementarla, aunque el partido de derecha Unión Dmocrática de Centro (UDC) -que representa a un cuarto de los electores-, se opuso abiertamente a ella.

El partido argumentó que esta “ley innecesaria” era parte de una tendencia que conducía a la devaluación del matrimonio: “Esta legislación socaba la base de nuestra sociedad, es decir, la familia», indicaba la UDC en un comunicado.

“Si los que apoyan esta reforma argumentan que la nueva ley prohibe la adopción y la fecundación asistida para estas parejas, uno se debe preguntar por cuánto tiempo será el caso, pues si esta ley entra en vigor, nuevas reivindicaciones serán formuladas inevitablemente”, advertía entonces la UDC.

Pero la defensa de estos derechos existía antes y después de esta legislación. Maria von Känel Scheibling defiende al respecto que si ella busca mayores cambios es porque quiere que sus hijos obtengan los mismos derechos que cualquier otro niño en Suiza.

Por ahora, esta madre de familia no sabe si sus esfuerzos y los de otros padres de familia homosexuales tendrán éxito, pero sostiene que lo importante es mantenerse visible. “Al menos que sepan que estamos aquí”.

* Texto de Clare O’Dea ( swissinfo.ch, 2 enero del 2012)
Traducción: Patricia Islas

Nota: La mayoria de las fotos corresponden a USA 2011

DATOS CLAVE

Un promedio de 56 contratos civiles de parejas del mismo sexo se concretan cada mes en Suiza, de acuerdo a las estadísticas federales de 2011 (datos de enero a septiembre).

El total anual de parejas registradas en 2011 es de 650 (es decir, 1.300 personas).

56 relaciones registradas oficialmente cada mes en Suiza, una cifra menor si se compara con el promedio de contratos matrimoniales al mes: 3.566.

Los hombres son los que muestran una mayor inclinación para inscribir su relación homosexual en el registro civil, en comparación con las mujeres: 70% del total.

De 2007 a finales de 2010 se registraron 9.000 uniones y 312 disoluciones de este tipo de contrato, según un balance de la Oficina Federal de Estadísticas.


En junio de 2005, la ciudadanía suiza votó en referéndum, por 58 votos a favor el registro de parejas del mismo sexo.

El registro inició en enero de 2007.

El registro civil inscribe a una pareja homosexual si ambos miembros son mayores de 18 años y si al menos uno de ellos tiene la nacionalidad suiza o el permiso de residencia en este país.

La primera pareja en registrase fue una con 30 años de vida en común, en el cantón del Tesino.

“La literatura debe nacer de la vida”

Peter Stamm es el segundo escritor suizo vivo más reconocido y traducido internacionalmente. El popular autor de lengua alemana presenta este jueves en Barcelona su último libro, ‘Siete Años’. Su nuevo trabajo traducido al español narra las andanzas de Alex y Sonia, una exitosa pareja de arquitectos en cuyas vidas irrumpe Ivona, una polaca inmigrante ilegal que cambiará sus vidas para siempre. Entrevista.

Este escritor, celebrado y traducido a más de 30 idiomas, recibió a swissinfo.ch en su casa de Winterthur para una extensa charla sobre su vida, Suiza, el oficio de escritor o los conflictos de pareja.

swissinfo.ch: Usted se formó como contable, pero tiene una amplia experiencia como periodista. ¿En qué sentido este oficio le ha influido en su forma de trabajar?
Peter Stamm: Llegué al periodismo de casualidad. Creo que fue una buena escuela, porque es muy importante tener la posibilidad de publicar tus textos y respetar plazos de entrega. Muchos aspirantes a novelistas trabajan en sus escritos durante años, lo que termina siendo una forma de diletantismo.

swissinfo.ch: ¿Qué tipo de periodismo practicaba?
P.S.: Comencé trabajando para una revista satírica en la que hacía de todo: desde crítica cinematográfica hasta textos de humor. Luego pude realizar grandes reportajes, de un tipo casi literario, para revistas y suplementos dominicales. Algunos de gran prestigio en Suiza, como el Neue Zürcher Zeitung (NZZ).

swissinfo.ch: ¿Por qué ‘Siete Años’ transcurre en Alemania y no en Suiza?
P.S.: Porque Múnich le sienta bien a esta pareja formada por Alex y Sonia. Es una ciudad de gente guapa y con éxito. No tiene nada que ver con Berlín. De hecho, se parece a Zúrich en el esnobismo de sus clases medias. Para ser realmente aceptado, tanto en Múnich como en Zúrich, hace falta disponer de una cartera bien llena.

swissinfo.ch: Hablando de Zúrich, usted se alejó del ‘NZZ’ dada su línea editorial. De hecho, Suiza es un país conocido en Europa por el peso de la derecha conservadora y nacionalista.
P.S.: Lo que más se conoce de nuestro país es el partido UDC (Unión Democrática del Centro) y sus iniciativas contra los minaretes o la inmigración extracomunitaria. Son realidades que me desagradan. Es difícil creer que el 30% de los suizos esté de acuerdo con su visión del mundo y vote por ellos.

Portada de ‘Siete Años’, ediciones Acantilado. (acantilado.es)
swissinfo.ch: Pero la prohibición de edificar minaretes fue aprobada por el 58% de votantes.
P.S.: Cierto, pero en el fondo Suiza no es tan diferente del resto de Europa. Lo que cambia aquí es la forma en la que el pueblo expresa su voluntad en forma de referendos y por voto directo. Creo que casi todos los países de Europa hubieran votado lo mismo, si hubieran podido. Yo pienso que los suizos no somos xenófobos. Sino ¿como se explica usted la ausencia de conflicto social con más de un 20% de extranjeros residentes en Suiza?

swissinfo.ch: Ivona, la protagonista de su novela, es una inmigrante que no gustaría a la UDC.
P.S.: No. Y un tema que me interesa contar en Siete Años es esa realidad de docenas de miles de inmigrantes que viven entre nosotros, pero a los que no vemos. Sabemos que limpian nuestras casas y son cajeras de nuestros supermercados, pero ignoramos todo sobre ellos.

swissinfo.ch: El contraste entre sus dos protagonistas femeninas es total. Sonia representa el éxito y todo aquello a lo que la gente suele aspirar, mientras que Ivona es uno de los personajes menos atractivos de la literatura actual.
P.S.: El personaje de Ivona está inspirado en un texto de Witold Gombrowicz (escritor polaco) llamado Ivonne, la princesa de Burgundia. La idea de un personaje femenino carente de atractivo me fascinaba. Y luego está Sonia, la arquitecta bella, elegante y sofisticada, a la que podemos considerar como un arquetipo. Pero mujeres como Sonia existen en la vida real. Tras la publicación de Siete Años, varios conocidos me dijeron que estaban casados con Sonia. ¡Y no estaban muy felices con este hecho! (risas)

swissinfo.ch: ¿Su trabajo refleja una visión oscura de la condición humana?
P.S.: No. Yo creo que mis libros siempre dejan lugar a la esperanza, pues mis personajes terminan mejor de lo que empiezan. Y esto a pesar de que a menudo los protagonistas se dan cuenta de que viven en matrimonios equivocados, que no funcionan. Pero eso puede ser otra forma de final feliz: darse cuenta de que has vivido en un error, y poder aún cambiar.

swissinfo.ch: Otro elemento central es la infidelidad y la insatisfacción en la pareja.
P.S.: Es evidente que un matrimonio feliz no es muy interesante a nivel literario. Creo que Flaubert afirmaba que “la felicidad se cuenta mal”. Mientras que la infidelidad es un tema eterno en la literatura, y no solo en la actual. Cuando tiene usted dos elementos e incorpora un tercero crea conflicto dramático. Las relaciones humanas son complejas, con una geometría particular. Dado que la religión ya casi no tiene ningún papel en nuestras vidas todo es posible, y eso es lo que hace las relaciones interesantes. De hecho, la ciencia nos enseña hoy que la infidelidad es, casi, el estado natural del ser humano.

swissinfo.ch: ¿Cómo escribe usted? ¿Tiene alguna técnica en particular?
P.S.: No he estudiado escritura. Mi única escuela fue leer mucho y, sobre todo, leer acerca del proceso mismo de la escritura. En inglés hay excelentes textos de escritores que analizan el proceso creativo y la escritura de ficción.

swissinfo.ch: ¿Y qué ha aprendido de ellos?
P.S.: Por ejemplo, de Hemingway he aprendido que no se deben escribir más de 600 palabras al día, porque a partir de esa cantidad la calidad del texto se resiente. Nadie puede mantener la concentración durante ocho horas. Sigo esta regla, y me funciona bastante bien.

swissinfo.ch: ¿Qué autores le han marcado?
P.S.: Los verdaderos maestros son los escritores que leemos a los 20 años. Aunque mis favoritos son Don Delillo, entre los contemporáneos, y Stendhal entre los clásicos. Pero la verdad es que no soy una rata de biblioteca que pasa la vida entre autores raros y releyendo textos clásicos. Yo creo que la literatura debe nacer de la vida, y no de los libros. La realidad me fascina mucho más que lo que puedo encontrar en los libros; aunque me encanta leer.

swissinfo.ch: ¿Y dónde busca usted ideas, temas e inspiración?
P.S.: En diarios, en historias que me cuentan o cosas que me ocurren. Las historias vienen de todas partes. Lo cierto es que no necesito mucho para empezar un texto.

swissinfo.ch: Parece que escribir le resulta ‘fácil’. No como otros escritores que pasan la mayor parte del tiempo buscando la expresión más compleja posible para decir algo.
P.S.: Cierto. Hay escritores que vienen de la lengua, y escritores que vienen del mundo real. Yo pertenezco al segundo grupo. La literatura es para mí un medio de recrear la realidad, y es por eso que no me interesa hacer gala de mis proezas técnicas. Mi ideal es conseguir que los lectores olviden que están leyendo un libro, y eso solo se logra usando un lenguaje en apariencia simple.

 

* Autor:Rodrigo Carrizo Couto, swissinfo.ch (2 Nov. 2011)

Marianne de Pury invita a ‘Morir… o no’ en Perú

Marianne de Pury, una vida consagrada al teatro.

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Desde la primera vez que llegó a Latinoamérica, hace ya tiempo, y con la Lisístrata de Aristófanes bajo el brazo, esta directora de teatro nacida en San Gall, pero forjada al calor de un público internacional, advirtió el aprecio inequívoco de los lugareños por ese arte.

Hoy, muchos proscenios más tarde y en vísperas de la presentación en Lima, de ‘Morir’, del catalán Sergi Belbel, confiesa libre de sospecha: «En América Latina, los que saben de teatro, saben mucho. Más que en Europa».

En el corazón de la capital peruana, muy cerca de la Plaza de Armas, se encuentra la Asociación de Artistas Aficionados -«pero son profesionales, yo no trabajo con aficionados»-, advierte nuestra interlocutora. «Es un teatro que existe desde hace 70 años y en el que hacen cosas muy buenas», precisa.
Es ahí donde Marianne de Pury hace ahora lo que ha hecho hace más de cuarenta años: vive el teatro.

Paradoja del azar, la obra que prepara se llama ‘Morir’. Pero se trata de una muerte en siete escenas que desanda el camino en la segunda parte de la pieza. Algo cambia para que no mueran los que murieron.
«Es una obra interesante y divertida que plantea muchas preguntas sin proponer respuestas», explica Marianne de Pury en entrevista con swissinfo, previa a su partida a Lima. «Creo que vamos a hacer una cosa interesante». A no dudarlo.

El teatro, su lugar
E interesante es también -con la venia del lector por el uso empecinado del adjetivo-, el devenir de esta artista nacida por el capricho del destino, del lado equivocado del Río Sarine. Dicho de otro modo, Marianne de Pury nació en San Gall y luego vivió en Berna (donde radica actualmente), pero sus padres venían de Neuchâtel y de Ginebra.

En esa Suiza -de habla alemana- que no era la de la cultura francófona de su familia, advirtió desde niña lo que más tarde confirmaría durante su residencia en Estados Unidos y a través de sus muchos viajes por el mundo: «Tenía muchos lugares, pero ninguno era el mío».
Sólo muchos años después, hace unos diez, la contundencia de la revelación la libró del desamparo. «¡Mi lugar es el teatro!». Pero, como lo señala ella misma, «no lo sabía». Sin embargo, ése no era el único secreto que el arte escénico le reservara.
Escapadas juveniles

Marianne de Pury estudió piano y composición en el Conservatorio de Ginebra. Desde muy joven, al placer de la música añadiría los de la lectura y la escena. Era tal su gusto por ésta última, que en sus furtivas escapadas adolescentes se iba hasta París para regalarse con la oferta teatral de la Ciudad Luz.
«Mentía a mis padres y les decía que iba a casa de amigas», recuerda. Y es que «el teatro estaba aquí… (con el índice apunta su corazón). Pero no sabía que podía vivir de esto. Sin embargo, «soy muy pobre pero puedo vivir de esto».

Los inicios de nuestra interlocutora en el arte que nos ocupa remontan a los años 60 y se producen en Nueva York. En la ‘Big Apple’, Marianne aprendió dirección teatral con Joseph Chaikin, a la sazón director del ‘Open Theater’ que él mismo había fundado.

Una manipulación mágica
Desde la venta de boletos, hasta la administración, Marianne de Pury hurgó todos los recovecos del arte escénico. Incluso la actuación, pero de inmediato advirtió que eso no era lo suyo. «Lo que me interesa es la dirección, esa manipulación mágica».
Una manipulación mágica que la ha llevado por los grandes nombres de las letras, de todos los tiempos y de todas las latitudes: Sófocles, Aristófanes, Voltaire, Dickens, Genet, Ionesco, Wilde, Bergman, Skármeta, Frisch… a todos los confines: San Salvador, Santa Fe, Ginebra, Bonn, Sarajevo, Doula…

Del teatro, Marianne de Pury se expresa con pasión.

En prolongada y deliciosa charla en su departamento de Berna, nos habla de ese arte como lazo universal; nos dice que el teatro hace un trabajo mejor que el de los diplomáticos; nos comenta que el lenguaje del teatro es el mismo en todas partes y que en todas partes hay actores melindrosos y naturales.
¡Ah!, pero al contrario de los europeos, los de los países de Hispanoamérica suelen excederse en sus emociones. «Les digo, ‘¡no me des demasiado!’, y a los de aquí: ‘¡dame más!'».

Nos confía que durante 25 años estuvo casada con un actor que estaba vivo sólo en la escena. Nos habla de su perplejidad –que acabó disolviéndose en hilaridad- cuando una actriz navaja que participaba en la puesta en escena de Antígona, en Nuevo México, llegó tarde al ensayo porque había tenido que llevar su caballo al fisioterapeuta.

Una forma de vida
Actuación, vestuario, tramoya… todo entra en nuestra plática. Los autores de la Grecia Clásica, siempre vigentes; el gusto especial de los países de habla alemana por el teatro; la representación desde hace tres años en Alemania de sus Ardiente Paciencia (Skármeta) y Escenas de una Boda (Bergman); la importancia de las luces en el escenario…
-¡Ah! No lo había pensado … «¡No tiene que pensarlo, tiene que sentirlo!».
– Y después de tantos años, de tantas obras, de tanto amor por este arte, ¿cuál es su objetivo con el teatro?
«No tengo ningún objetivo. Lo mejor de mí está cuando estoy dirigiendo una obra y me gusta sentirme bien. La cosa por la que estoy en este mundo es para hacer teatro, dirigir teatro. Es lo que hago. Quería ver teatro que me gusta, que me interesa, y sé cómo hacerlo. No es un objetivo, es…
– ¿Una forma de vida?
– «¡Eso es: una forma de vida!»

 

*Autor: swissinfo, Marcela Águila Rubín, 9 de mayo de 2009

 

MARIANNE DE PURY
Pianista, compositora y directora de teatro, nace en San Gall .
Estudia piano y composición en el Conservatorio de Ginebra y dirección de teatro con Joseph Chaikin, fundador del Open Theatre.
1965-1972: Nueva York.- Compositora invitada delOpen Theatre.
1972-1975: Ginebra: Directora administrativa del Théâtre de Carouge.
1975-1992: Santa Fe, Nuevo México: Directora artística del Theatre Arts Corporation y fundadora del Santa Fe Ensemble Theatre.
1993-2003: Dirección de Teatro en Berna, Basilia, Bonn, Dublín. Ingolstadt, Sarajevo, Münster, Zúrich, Melbourne, Nueva York, Irlanda del Norte, Bad Godesberg, Douala Camerún, San Salvador y Lima. Dirige el programa Exiles Theatre Summer School en Irlanda.
2003-2009: Profesora invitada en el San Juan College, de Farmington Nuevo México. Dirección de Antígona (Sófocles) en versión Comanche, escrita por Terry Gómez.
Dirección y enseñanza teatral en Lima y El Salvador.

SERGIO BELBEL
Nace en Terrasa, Cataluña, en 1963.

Estudia Filología y Teatro en la Universidad Autónoma de Barcelona.

Entre sus obras destacan: Minimal Show, Elsa Schneider, Tálem, Caricias y Después de la pluja.

Ha obtenido diversos reconocimientos, incluidos el Premio Marqués de Bradomín, por Caleidoscopios…, su primera obra (1985); el Ignacio Iglesias por Elsa Schneider (1987); el Premio Nacional de Literatura Catalana (1993) por Después de la pluja, y el Premio Borne (1994) por su obra, Morir, por la cual recibe también el Premio Nacional de Literatura Dramática (1996).

DATOS CLAVE
La Asociación de Artistas Aficionados (AAA) es un Centro Cultural con 70 años de trayectoria en el quehacer artístico.
Desarrolla diversas actividades como: Teatro, Teatro de Títeres, Recitales Musicales, Talleres Artísticos, Exposiciones Pictóricas y Fotográficas, Conferencias, etc.
A partir del 13 de junio presenta ‘Morir’ del dramaturgo catalán Sergi Belbel, bajo la dirección de Marianne de Pury.

ENLACES
· Asociación de Artistas Aficionados (http://aaalima.blogspot.com/)
· Gran Teatro de Ginebra (http://www.geneveopera.ch/)
· Teatro de Berna (http://www.stadttheaterbern.ch)
· Teatro de Basilea (http://www.theaterbasel.ch/vorschau.cfm?CFID=578044&CFTOKEN=19307902
)

El libro, un valor refugio en tiempos de crisis

Cerca de 100.000 personas visitan cada año el Salón del Libro de Ginebra, entre ellas muchos jóvenes y niños. (Keystone)
A pesar de los juegos electrónicos, Internet y miles de opciones de ocio, el libro es el pasatiempo favorito de los suizos incluso en tiempos de recesión económica. Es lo que se desprende del Salón Internacional del Libro y la Prensa de Ginebra, que concluye este domingo.

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«¿Qué libros se llevaría a una isla desierta?»

La clásica pregunta evidencia la importancia que otorgamos a los libros. ¿Qué vale la pena llevarse cuando uno decide renunciar a todo lo que nos rodea? No joyas ni otros artículos de lujo, sino libros.
Tras la llegada de los nuevos medios, sobre todo de Internet, algunos auguraron la muerte del libro; sin embargo, éste sobrevive incluso en tiempos de crisis, como demuestra el Salón del Libro y la Prensa de Ginebra. De hecho, este año la feria ha tenido que extender en algunos miles de metros cuadrados su superficie de exposición para acoger a una cincuentena de editores.
Esta tendencia se observó también en otras grandes ferias europeas celebradas en lo que va de año. El número de personas que visitaron la última edición del Salón del Libro de París, por ejemplo, aumentó un 20% y las ventas se incrementaron entre un 20 y un 30%.

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(Aunque la tecnologia quiere reemplazar los libros por medios electronicos, todavia los libros tienen un publico cautivo en muchos paises)
Pasatiempo poco caro
«Tanto en París como en la Feria del Libro de Bruselas, este año hemos mejorado los resultados», señala Olivier Parault, responsable del sector comercial de la editorial Gallimard. «Se percibe cierta ralentización sobre todo en la gran distribución. Pero si un editor dispone de un ‘bestseller’, puede olvidarse prácticamente de la crisis: los lectores que esperan un libro, vienen a comprarlo».
Según el colaborador de la gran casa editorial francesa, la recesión golpeará probablemente mucho menos al libro que otros artículos de consumo. «El libro es algo así como un valor refugio en periodo de crisis. Muchas personas se inclinan por opciones de ocio menos costosas y el libro entra en esta categoría».
En ello coincide la editorial canadiense Vermillon, presente por segunda vez en el Salón de Ginebra. «Jamás hemos vendido tantos ejemplares como este año en el Salón del Libro de Ottawa. La gente quizás no puede permitirse gastos importantes, pero sigue dispuesta a gastar 20 dólares o 20 francos en un libro», afirma Daniel Haillot, representante de la casa editorial norteamericana.
Un dato sorprendente

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«Tal vez sorprenda, pero la gente lee cada vez más en la era de Internet. Y en Québec el público se inclina cada vez más por la literatura nacional o regional, mientras hasta ahora dominaban sobre todo los libros de gran tirada que provenían de grandes capitales, como París», agrega Daniel Haillot.
Fue lo que motivó a Vermillon a regresar este año a Ginebra: «Diversos clientes nos explicaron que, si vienen al Salón del Libro, es para descubrir otras literaturas, para encontrar obras que encuentran en sus librerías».
Una misión que el la feria ginebrina asumió hace muchos años: dar a conocer otras culturas, extendiendo los horizontes más allá del mundo francófono.
Después de Italia, Argelia, Rusia y Egipto, el país invitado en esta edición fue Turquía, que presentó su literatura a través de exposiciones, debates y encuentros con escritores.
Un escaparate cultural
Numerosas otras culturas -de Alemania a Japón, pasando por el Tíbet- están presentes este año en el Salón del Libro y la Prensa, que desde hace años constituye un importante evento para organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional, Reporteros sin Fronteras o Greenpeace.
«Para nosotros es un marco óptimo para fomentar el conocimiento recíproco y transmitir una imagen diferente del Islam», explica Adel Mejri, presidente de la Liga de Musulmanes de Suiza, que dispone de un ‘stand’ propio en la feria. «Queremos mostrar un rostro de la cultura y la religión musulmanas que se aleja de los miedos y prejuicios habituales».
Los representantes de las asociones ‘Pro Grisones italianos’ y ‘Lia Romanche’ también regresan año tras año a Ginebra para tratar de acercar su cultura al público «Desde hace 23 años venimos al Salón del Libro. Nuestro objetivo no es tanto vender, sino más bien representar nuestra identidad lingüística y cultural, que desconocen también muchos suizos», subraya Edoardo Torri.
Jóvenes lectores
Como cada año, el Salón dedica un espacio privilegiado a los jóvenes y niños que, a pesar de Internet, los móviles y los juegos electrónicos, no parecen haber perdido el placer de la lectura.
«Hoy las opciones de ocio son múltiples. Muchos jóvenes que descubren los libros se convierten en lectores asiduos. Nosotros tratamos de despertar en ellos el interés por la lectura», señala un maestro ginebrino que acompaña a uno de los numerosos grupos de estudiantes que recorren los ‘stands’.
«Muchos se sorprenden al ver que los jóvenes leen volúmenes de 600 o 700 páginas, como el de Harry Potter. Hace unos veinte años que nosotros observamos un creciente interés del público joven en los libros», confirma Olivier Parault.

 

Autor:swissinfo, Armando Mombelli
(Traducción del italiano: Belén Couceiro)
25 de abril de 2009

Anexos:

SALÓN DEL LIBRO
Fundado en 1887 por el editor suizo Pierre-Marcel Favre, el Salón Internacional del Libro y la Prensa está considerado como la manifestación cultural más importante en Suiza, junto con el Festival Internacional de Cine de Locarno.

El Salón del Libro, que se desarrolla en el recinto ferial ginebrino de Palexpo en una superficie de más de 40.000 metros cuadrados, congrega cada año a más de 700 expositores y cerca de 100.000 visitantes.

Turquía es el país invitado de esta 23ª edición, inaugurada el pasado martes y que concluye este domingo.

Entre los otros ‘platos fuertes’ este año figuran una exposición dedicada a las obras de Alberto, Giovanni y Diego Giacometti, la aldea de los ‘comics’, el salón africano y otras muestras temáticas.

A través de debates, animaciones y encuentros con los escritores, la feria ginebrina se concibe como lugar de intercambio cultural para promover el conocimiento de otras realidades.

ENLACES
· Salón del Libro de Ginebra (http://www.salondulivre.ch/fr/)

Julio Verne ya tiene su lugar en Suiza

El Museo de la ciencia-ficción, de la utopía y de los viajes extraordinarios, la ‘Maison d’Ailleurs’ de Yverdon, inauguró un museo bautizado con el nombre del célebre escritor francés, que rinde homenaje al imaginario, los libros y los prototipos vernianos.
Julio Verne se hubiera sentido como en su casa: paredes tapizadas de libros, una estufa antigua, maquetas de artefactos; el ambiente del lugar que lleva su nombre hubiera, sin duda, conjugado con su inspiración.
Pie de foto: El capitán Nemo atracó a orillas de Yverdon, en la Suiza francófona, donde podrá seguir su itinerario imaginario. (Ilustración de Riou)

Y eso más aún siendo el lugar una dependencia de la ‘Maison d’Ailleurs. Fundada en 1976 en Yverdon, en el cantón de Vaud, por el escritor y enciclopedista francés Pierre Versins, este museo es el único de su género en Suiza.

Desde que se estableció en el museo un espacio dedicado a la obra de Verne, Michel Strogoff, Philéas Fogg o el capitán Nemo tienen ahora allí su derecho de residencia. Con su decisión de donar su colección de Julio Verne a la villa en 2003, Jean-Michel Margot ha dado el impulso decisivo hacia la ampliación del museo.

Domiciliado hoy en Estados Unidos, este geólogo, documentalista e informático suizo ha coleccionado durante más de cincuenta años todas las piezas que tienen alguna relación con el escritor nantés: ediciones raras o únicas, carteles, documentos audiovisuales, juguetes, artículos críticos; su pasión lo ha llevado a reunir unos 20.000 objetos.

Enciclopedismo
«Encierre a un estudiante en el Espacio Julio Verne. Saldrá de ahí con una tesis.» Ésta es la promesa que gustan reiterar Jean-Michel Margot y Patrick Gyger, el conservador de la Maison d’Ailleurs.

Para él, la colección Margot se inscribe idealmente en el museo porque la ciencia-ficción se debe a Julio Verne. «Su obra es un proyecto global de la descripción del mundo. Lleva además el subtítulo ‘Los mundos conocidos y desconocidos'», destaca Patrick Gyger. «Esta visión holística nos ha interesado en especial. Refleja la tarea increíble que se ha endorsado el siglo XIX, es decir, acceder a la totalidad de los conocimientos.»

Hombre de su época, Julio Verne estaba impregnado de este espíritu enciclopédico que ha contribuido a perpetuar. A partir del momento en el que la ciencia y las tecnologías comenzaron a levantar el vuelo, quiso efectivamente despertar el interés de las masas por medio de la ficción.

En cuanto al calificativo de visionario que se le atribuye con frecuencia —gracias sobre todo a las descripciones de vehículos como el Epouvante, un aparato multifuncional que podía transportar a los pasajeros sobre y en el agua, al igual que en el aire y sobre tierra—, el modesto escritor lo recusaba.

«Mi objetivo no era el de profetizar, sino el de aportar a los jóvenes conocimientos geográficos, cautivándolos de la manera más interesante posible», escribió por ejemplo en 1902, tres años antes de su muerte.

El nuevo Espacio Julio Verne (Del-Curto)

Ediciones de lujo
Es un enfoque que aún hoy seduce a los lectores. «Después de su visita con ocasión de la inauguración el pasado sábado, muchos de entre ellos tenían ganas de volver a leer a Julio Verne. Los libros puestos en venta desaparecieron enseguida», releva Patrick Gyger.

El nuevo Espacio posee un fuerte poder sugestivo. Desde el museo, se accede a él a través de una pasarela aérea vidriada y desarticulada. La sala de espectáculos en el antiguo casino de la villa aún posee las butacas originales, en las cuales los visitantes pueden acomodarse para ver extractos de emisiones radiofónicas o televisivas consagrados al autor francés.

Enfrente, en lo que queda del escenario, trona el gran affichotron. Este gigantesco sistema de cremallera, realizado por el productor de autómatas suizos, François Junod, refleja la fascinación del siglo XIX por la máquina. Permite hacer desfilar verticalmente los carteles y las reproducciones de los grabados que adornaban las novelas vernianas.

Asimismo impregnadas del espíritu de su tiempo, estos grabados son un testimonio de la genialidad del famoso editor Pierre-Jules Hetzel, que, además de Julio Verne, ha editado los nombres más grandes de la literatura decimonónica francesa, de Balzac a Zola. Para hacer del libro un objeto del deseo, decidió reunir a ilustradores y escritores.

Es así como la obra los Viajes extraordinarios será publicada en los folletines, pero también en los libros en gran formato. Popularizada con cubiertas ricamente ilustradas de rojo, azul y oro, sus libros se han convertido hoy en objetos codiciados por los coleccionistas.

La herencia verniana de las revistas pulps
En la biblioteca del Espacio Julio Verne, que aloja también numerosas obras emblemáticas de la literatura de viaje, las ediciones lujosas de Hetzel están colocadas al lado de las revistas pulps. De buen precio, estas publicaciones fueron muy populares en Estados Unidos en la primera mitad del siglo XX.

Estas revistas, que deben su nombre al papel de escasa calidad en el que se imprimían (woodpulp, voz inglesa para ‘pulpa de madera’), pronto se especializaron. Y las ediciones especializadas en ciencia-ficción encontraron su figura titular en Julio Verne, cuyas novelas se presentaban al lado de las de H. G. Wells.

Mientras su Francia natal pasó de él —no será rehabilitado en ese país hasta en los años 50—, el autor de La vuelta al mundo en ochenta días siguió su itinerario en el imaginario humano en el otro lado del Atlántico; lo cual demuestra al mismo tiempo que la literatura es el mejor método para conseguir la inmortalidad.

* swissinfo, Carole Wälti
(Traducción del francés: Antonio Suárez Varela)

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JULIO VERNE

Nacido en Nantes en 1828, Julio Verne está destinado a la profesión de abogado que desempeña su padre. Sin embargo, Verne acaba prefiriendo el mundo del teatro y de la ópera.

Tras algunos éxitos, empieza a redactar novelas de aventura y lee a Edgar Allan Poe.

Gracias a numerosas visitas a la Biblioteca Nacional, se apropia el vocabulario científico y se da por objetivo despertar el interés del público por la ciencia.

En 1862, Julio Verne entrega al editor Pierre-Jules Hetzel su novela Cinco semanas en globo, que fue publicado un año más tarde y que conoció un tremendo éxito en Francia y en otros países.

Apasionado asimismo de la aeronáutica y de las profundidades marinas, Julio Verne escribió más de 60 novelas.

Entre los Viajes extraordinarios más famosos figuran el Viaje al centro de la Tierra (1864), Veinte mil leguas de viaje submarino (1870) y La vuelta al mundo en 80 días (1873).

Julio Verne murió en Amiens en 1905.

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ENLACES

Espacio Julio Verne (http://www.ailleurs.ch/index.php?s=fr&m=8)

Maison d’Ailleurs, Museo de la ciencia-ficción, de la utopía y de los viajes extraordinarios (http://www.ailleurs.ch/index.php?s=fr)
Centro Internacional de Julio Verne en Amiens (http://www.cijv.fr/index.php) 

Un poeta hispano-suizo renueva la literatura dialectal

Es hijo de una santanderina, se crió en Langenthal, trabajó siete años como albañil y estudió literatura española. Pedro Lenz es uno de los poetas suizos más conocidos. Este año recibió el premio cultural de la ciudad de Berna.


Pie de foto: Pedro Lenz en su despacho en el barrio Lorraine en Berna. (Keystone)

Lenz no se contenta con un solo registro. Es poeta, columnista, escritor de teatros, relatos y novelas. Su lengua es el dialecto, su estilo el monólogo, su contexto lo local, y sus protagonistas son gente como tú y yo.

«Mi madre es española y mi padre hablaba muy bien el castellano. En casa hablábamos el castellano. El dialecto suizo-alemán lo fui aprendiendo en la escuela. Más tarde aprendí el alto alemán». Así describe el autor bernés cómo se apropió de las lenguas que le rodeaban desde la infancia y que le acompañan hasta hoy.

A los 16 años empezó el aprendizaje de albañilería y trabajó durante siete años en la construcción. Fue en ese período cuando sintió la necesidad y el ímpetu de escribir. Y consciente de que le faltaba la base para redactar relatos literarios, decidió hacer el bachillerato para estudiar literatura.

Durante el estudio de la literatura española se familiarizó con las obras de autores como Francisco Umbral, Josep Plà y César González Ruano, que le introdujeron en el arte de escribir columnas, o de novelistas como Juan Marsé, que le sirvieron de modelo para encontrar su propio estilo.

«Podía leer a esos autores españoles durante noches enteras, me levantaba al día siguiente y me ponía a escribir, sin incurrir en el desliz de copiar su estilo, porque mi lengua de escritura es el alemán», puntualiza.

« El sentimiento de ser forastero me proporcionó una mirada muy desvelada sobre la lengua. »

Pedro Lenz Un cronista de lo provincial
Pedro Lenz trabaja actualmente en su primera gran novela con el título provisional Inland, que se publicará el año que viene. Este año recibió el premio de literatura de la ciudad de Berna y fue el único autor suizo nominado para el certamen literario Ingeborg Bachmann, que se celebró el pasado junio en la ciudad austríaca de Klagenfurt.

Sus relatos, que a lo largo de los últimos años ha presentado en un sinfín de veladas en toda Suiza, narran la historia de figuras aparentemente sacadas de la realidad cotidiana. Pero Lenz admite que la redacción es un proceso altamente artificial y que sus protagonistas son creaciones ficticias.

Eso no quita que sus protagonistas no compartan ciertos rasgos con personas que ha observado en el día a día.

La cotidianidad como contexto
Sus figuras suelen contar andanzas personales, existencias penosas, problemas familiares, y dan mil rodeos antes de llegar al grano. La memoria es un concepto clave en este novelista de Langenthal.

«Primero me interesa descubrir el habla cotidiana de la gente. Con frecuencia observo que suele hablar de forma repetitiva y retrospectiva, sobre todo la gente mayor. Habla de mil cosas diferentes hasta que llega al argumento esencial. Yo intento recrear esta forma narrativa.»

El humor como lubrificante
Pedro Lenz no pertenece a la clase de bohemianos que se levantan a las once de la mañana para pasear por la ciudad y buscar la inspiración en un ocioso quehacer. Es un escritor disciplinado. A las 8h30 ya está en su despacho y empieza a trabajar. Redacta una media de 3 páginas por día.

Su vena bohemiana la disfruta cuando se reúne con sus autores compañeros, mientras viaja en tren a una velada literaria o al regresar de una. Es en esos momentos cuando percibe situaciones diarias que le inspiran.

«Una vez oí hablar a un portero que reprendió a un niño por una travesura. Mientras lo estaba reprimiendo, empezó a hablar de problemas personales. Enseguida me di cuenta que ésta podía ser una situación de arranque para un relato.»

«Escribí un texto sobre un hombre, que narra un cuento a los niños. Y mientras está hablando de una princesa, se sale de la narración para denostar a los famosillos de la prensa rosa. De repente se despista otra vez para hablar de su novia que lo dejó y de lo duro que eso fue para él.»

«El protagonista se aparta de la estructura narrativa para contar cosas personales, lo cual confiere al relato una nota humorística. El humor y la tragedia son dos cosas que se compenetran. Nunca utilizo el humor para expresar agudezas, sino más bien como lubrificante para contar hechos trágicos.»

« Yo creo en la oralidad de la literatura. »

Pedro Lenz Lengua y oralidad
Las figuras de Pedro Lenz suelen ser narradores en primera persona. Una de las formas literarias más recurrentes en la obra de este autor, de 43 años, es el monólogo.

«El monólogo es una forma muy gratificante para las veladas literarias, porque me permite hablar desde la perspectiva de mis protagonistas. Esto implica, desde luego, que uno se puede identificar con sus figuras. Pero la ventaja es la inmediatez de la oralidad porque falta la instancia del narrador», explica.

La oralidad es un tema crucial para Lenz. «Me permite acercarme de forma directa a un público no tan instruido. Me parece muy interesante hacer literatura tanto para los interesados como para los inexpertos. Hay mucha literatura que es difícil de comprender para gente con una formación modesta. Quiero que el umbral de accesibilidad a mis textos sea lo más bajo posible para que todo el mundo tenga la oportunidad de conocerlos. Al mismo tiempo me gusta incluir finezas que pueden gustar al lector conocedor», recalca.

El dialecto como medio para crear inmediatez
Para transmitir la inmediatez de los diálogos de sus protagonistas, Pedro Lenz prefiere recurrir al dialecto. El dialecto bernés es considerado como uno de los idiomas más placenteros de la Suiza de expresión alemana, donde el suizo-alemán es el idioma que la gente suele hablar tanto en la calle, como en casa y en el trabajo.

«El dialecto es una posibilidad para hacer literatura con el idioma que utilizamos cada día. Hay gente que desprecia la literatura dialectal porque la considera una letra provincial. A esa gente hay que recordar que hay más suizos que hablan el dialecto que eslovenos el esloveno o lituanos el lituano», concluye.

* swissinfo, Antonio Suárez Varela, Berna (18 oct. 2008)

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PEDRO LENZ

Pedro Lenz, hijo de madre española y padre suizo, nació en Langenthal, en 1965. Actualmente vive en la ciudad de Berna.

En 1981 completó la formación como albañil. En 1995 aprobó la selectividad. A continuación estudió varios semestres Literatura Española en la Universidad de Berna.

Lenz trabaja como poeta, escritor y columnista para el semanario WOZ y los diarios Der Bund y Langenthaler Tagblatt.

El autor es miembro de los proyectos teatrales ‘Hohe Stirnen’ (‘Frentes altas’) y del grupo de recitales de performance ‘Bern ist überall’ (‘Berna es ubicua’).

Ha escrito obras de teatro, ha producido programas para la radio suiza DRS y ha editado varios audiolibros.

Publicaciones:

– Das kleine Lexikon der Provinzliteratur, ed. Bilgerverlag, 2ª edición junio, Zúrich, 2008 [Pequeño léxico de la literatura provincial]
– Angeri näh Ruschgift. Monologe der Leidenschaft, ed. Der Gesunde Menschenversand, Berna, 2007 [Otros toman drogas: monólogos de la pasión]
– Im Kairo, ed. Der Gesunde Menschenversand, Berna, 2006
– I wott nüt gseit ha. Monologe des Kummers, ed. Menschenversand, Berna, 2004 [No quiero haber dicho nada: monólogos de la aflicción]
– Tarzan in der Schweiz. Gesammelte Kolumnen zur gesprochenen Sprache, ed. X-Time, Berna, 2003 [Tarzán en Suiza: compendio de columnas para la lengua oral]
– Die Welt ist ein Taschentuch. Gedichte von da, von dort und von drüben, ed. X-Time, Berna, 2002 [El mundo es un pañuelo: poemas]

Distinciones:

– Premio de cultura de la ciudad de Berna
– Nominación para el Premio literario Ingeborg Bachmann
– Beca de literatura de la ciudad de Berna para estancia en Glasgow (Escocia)
– Premio de cultura de la ciudad de Langenthal
– Premio de las artes menores Goldener Biberfladen de Appenzell
– Premio de literatura de la Central Suiza de Formación Obrera

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ENLACESPedro Lenz (http://www.pedrolenz.ch/)
Hohe Stirnen (http://www.hohestirnen.ch/)

Rojo que te quiero rojo

El Museo de las Culturas de Basilea, el mayor sobre etnología de Suiza y poseedor de los dinteles de Tikal, prolonga una singular exposición que centra la mirada en el color rojo y cómo ha sido aplicado por las civilizaciones del globo.
El museo conserva 35.000 piezas del continente americano, entre ellas 800 textiles precolombinos del Perú.

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Máscara funeraria del Perú (600-1000), en chapa de oro y pigmentos rojos. (©Markus Gruber, Museum der Kulturen)

Acudir a uno de los almacenes de textiles antiguos del Museo de las Culturas de Basilea fue una oportunidad única este año. Esas piezas serán transportadas a otro refugio pues el edificio principal del museo cambiará de rostro: los famosos arquitectos Herzog & De Meuron son los encargados de renovarlo.

Protegidos entre fino papel, sobre una mesa se posan cuatro pequeños fragmentos de tejidos, una muñeca y un gorro de vivos colores, todos de origen peruano.

«En la zona alta y en la costa sudamericana se encuentran los tejidos más variados y refinados de toda América», explica Alexander Brust, encargado de la colección.

El antropólogo de origen alemán menciona que se han conservado muchos textiles de la época prehispánica en el Perú, gracias al clima seco de la costa.

«La mayoría de los textiles que tenemos son naturalmente producto de saqueos», admite. Una confesión que en realidad atañe a todos los museos de Europa y el mundo con colecciones de este tipo.

Carentes de contexto

Ante ese origen incierto, «las piezas no están documentadas, por lo que resulta muy difícil estudiarlas, pues no conocemos el contexto en el que fueron encontradas».

«Las hemos seleccionado con base en su técnica. Ahora nos concentraremos en el aspecto iconográfico», explica el especialista en Culturas Precolombinas, egresado del Instituto Latinoamericano de la Universidad de Berlín.

Los fragmentos de dos túnicas expuestas ante nuestros ojos revelan que su periplo al Viejo Continente cortó su pasado de tajo. Fueron reducidas a formas rectangulares enmarcadas y cubiertas con un vidrio para su venta a los europeos del siglo antepasado.

«Con ello se ha cambiado el carácter de los textiles, pues fueron hechos para llevarse puestos, tenían movimiento, eran tridimensionales. Todos estos aspectos se pierden si no se tiene el contexto en el que se concibieron», lamenta Alexander Brust, quien mantiene contacto con los expertos de los países americanos, pues son los que, con base en «investigaciones arqueológicas serias», pueden llenar el vacío contextual de los textiles que resguarda Basilea.

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El urucú, colorante vegetal utilizado en la Amazonia. (Rosa Gauditano/Studio R, São Paulo)

El rojo, protagonista

En todo su esplendor pueden ser vistos tejidos íntegros del Perú precolombino en la vasta exposición temporal ‘Rojo’ -que se prolonga hasta agosto próximo-, como una túnica de la cultura Huari, «una de las pocas completas que existen en el mundo», añade Brust.

Otra pieza: la momia con túnica inca (1450-1533) en algodón, pelo de camélido, plumas y madera. A su lado, dos máscaras de la cultura chancay y una máscara en chapa de oro y pigmentos rojos, utilizados para cremaciones de personas de alto rango.

Por otro lado, los trabajos de pluma de aves del Brasil son de los objetos más admirados en la exposición.

«Para los indígenas de las tierras bajas son importantes porque son la conexión entre el ser humano y los espíritus sobrenaturales. El chamán, que debe volar al lugar donde pasó algo con el alma del enfermo, usa, aparte del tabaco, plumas. Y no utiliza una pluma roja cualquiera. Se trata de la de un pájaro relacionado con alguna visión del chamán o de un mito-recreación del mundo de un grupo indígena», describe Brust.

Entre esas joyas está el abrigo de plumas de Tupinambá del siglo XVI. En el mundo sólo hay nueve piezas semejantes. (Ver galería)

Apenas algunas de las 300 obras que bajo el hilo conductor del rojo nos llevan de viaje por el tiempo y alrededor del mundo desde Basilea y que apenas conforman una milésima parte de la colección completa del mayor museo etnográfico de Suiza.

Por alguna relación histórica, de comercio, de poder, estas piezas llegaron a Suiza y nuestra gran tarea es preservarlas para el mundo

Alexander Brust, Museo de las Culturas

Suiza con la tarea de la preservación

«Por alguna relación histórica, de comercio, de poder, estas piezas llegaron a Suiza y nuestra gran tarea es preservarlas para el mundo», sentencia Alexander Brust sobre la colección del Museo de las Culturas, iniciada gracias a los aportes de algunos viajeros durante el siglo XIX y especialmente enriquecida por científicos en el siglo XX.

En este inicio de milenio, los modos de hacerse de piezas ya son otros: «Se han establecido leyes y convenios internacionales y esto significa que los museos debemos cambiar la forma de trabajar y de proteger el patrimonio de cada país, que es de la humanidad», precisa Alexander Brust.

Perú, justamente, ha firmado acuerdos bilaterales con más de 20 países, entre ellos Suiza, para evitar que su patrimonio cultural siga traspasando fronteras fuera del marco legal establecido.

«¡Nosotros no estamos detrás de los museos!», especifica la embajadora de Perú en Suiza, Elizabeth Astete. «El objetivo es recuperar las piezas que en robos recientes hayan salido del país», añade; y en este contexto, la colaboración internacional juega un papel básico.

swissinfo, Patricia Islas Züttel

Los datos se cargan

MUSEO DE LAS CULTURAS DE BASILEA
El comerciante suizo Lukas Wischer reunió una vasta colección de objetos del continente americano entre 1828 y 1837 desde su estancia en México.

La colección de Wischer llegó en 1849 a Basilea.

De este modo esa ciudad suiza se convertía en una de las primeras en Europa en poseer una colección pública de esta envergadura.

Aún hoy día, la colección es una de las más significativas del museo y es testimonio único del desarrollo de la civilización maya.

En 1878 llegó el más valioso de los tesoros de la colección americana del museo: los dinteles de Tikal.

Fueron enviados por el investigador Gustav Bernoulli, quien vivió 20 años en Guatemala y a lo largo de ese tiempo dirigió a su Basilea natal un gran número de piezas, que nunca llegó a ver, pues murió durante su viaje de retorno a Suiza.

Otros viajeros basilenses volvían de sus viajes por el mundo con colecciones que fueron enriqueciendo el catálogo etnográfico del ahora Museo de las Culturas de Basilea.

Durante el siglo XX muchos científicos recopilaron piezas para el museo, reuniendo así la mayor parte de la colección actual.

Uno de los puntos fuertes del museo es la investigación y documentación de técnicas textiles en el mundo. Piezas traídas de Irán, India, Nepal, Brasil, Perú y algunos países de África representan la mayor colección en Suiza de tejidos extraeuropeos.

Posee alrededor de 20.000 textiles y un número similar de artefactos y materiales para realizarlos.

En total, el Museo de las Culturas tiene 300.000 piezas etnográficas, fotografiadas y analizadas por sus técnicas de elaboración, 35.000 de ellas, procedentes de una región que se extiende desde Alaska hasta la Tierra del Fuego.

La institución edita también numerosas publicaciones especializadas.
PATRIMONIO CULTURAL DE PERÚ Y SUIZA
El Museo de las Culturas de Basilea fue sede de la presentación de la Lista roja de los bienes culturales peruanos en peligro, realizada por el Consejo Internacional de Museos (ICOM) y de una jornada de conferencias sobre el patrimonio de Perú y de Basilea.

En ese marco se llevó a cabo una visita guiada al depósito del museo para admirar algunos ejemplos de la colección de textiles prehispánicos provenientes del Perú.

Trabajos literarios y musicales entre el Perú y Suiza completaron el programa con la presencia de Teresa Ruíz Rosas, Christoph Keller y Nilo Tomaylla, dentro del marco de la exposición temporal ‘Rojo – Un color en Acción’, abierta al público hasta finales de agosto de 2008.

ENLACES
· Museo de las Culturas de Basilea (http://www.mkb.ch/de/home.html)